Las nueve musas

Viva la Quinta… el retorno de la Revolución Espiritual

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Cuando se habla de Revoluciones difícilmente se asocian con la espiritualidad, parecieran ser dos conceptos completamente distintos y lejanos, pero, tener esta concepción es un error, porque si existe algo revolucionario es la espiritualidad, particularmente en el desarrollo de la mística.

Las grandes religiones al surgir han provocado grandes movimientos sociales a causa de que cada una ha emergido en momentos complicados para los pueblos, por esta razón han surgido Patriarcas, Jueces, Profetas, Filósofos, Iniciados, Sabios, Gurús quienes gritan las injusticias remarcando la necesidad de retornar a lo divino.

viva la quintaEsta manifestación de rebeldía ha llevado a grandes Hombres a ofrecer su vida y a morir cruelmente, pero nunca en vano, porque cada uno ha dejado un legado espiritual y por ende social, porque nada que remueva al espíritu pasa desapercibido en los actos sociales.

Las Revoluciones del mundo han surgido cuando el espíritu de los pueblos se une para combatir el fastidio, la crueldad, la desigualdad, teniendo claro que ninguno de quienes la inician disfrutarán de esa libertad  creada y luchada para quienes vienen detrás.  Esta empatía por el otro es una marca clave en Moshe, Musa o Moisés, quien guía a su pueblo por el desierto durante cuarenta años sin obtener el privilegio de entrar a la Tierra prometida, ya que muere antes de hacerlo. Moisés tiene claro  que su misión es conducir a la cuarta generación a una nueva tierra en ese momento cuando las generaciones pasadas que habían sido esclavas y habían esclavizado hubiesen fenecido, porque la nueva tierra tenía que ser construida con quienes sólo conocían la libertad.

Otro ejemplo de la unión de la espiritualidad con la Revolución es Jesucristo, quien protesta en contra del absolutismo judío para dar al ser humano un camino donde la responsabilidad de los actos no dependan de D/os ni de las leyes sino de la confrontación propia, es así, como el Padrenuestro se revela no como una plegaria sino como un canto revolucionario donde se pone de manifiesto que al llamar a D/os como Padre, el otro ser humano es el hermano ante el cual se debe tener  una responsabilidad social, espiritual, emocional y ética.

Cada revolución social tiene su revolución espiritual y al entretejerse se crean cantos donde se deja estipulado el palpitar de una comunidad que lucha en busca de una vida plena interior fortalecida en una vida social justa.  Cada uno de estos cantos nacidos de la muerte, dolor, frustración se convierten en un canto influyente para otras generaciones en ese momento cuando el poder impuesto por el pueblo  se convierte en ese terrible Leviatán como lo nombra Thomas Hobbes, donde la espiritualidad se transforma en doctrina y la democracia en oligarquía.

Las generaciones olvidan la historia, la desconocen al dejarla encerrada entre las páginas, pero, se recuerda cuando la espiritualidad original retorna al corazón de seres humanos quienes hastiados de percibir un mundo creado de mentiras y encharcado entre la muerte, se reúne para cantar  acontecimientos pasados despertando la sangre a través de esa arma que las religiones han bautizado como la voz de D/os, es decir, la Música.

Estos artífices como los nombró Juan Pablo II Papa, en su carta a los artistas, son la voz de Dios, esa voz que  tiene como don y misión retornar la conciencia de los pueblos al recordarles de donde vienen, lo que ha costado la libertad y a despertarlos para que en el tarareo de cada ocaso no olviden su origen, porque quien olvida flota en la existencia eliminado la utopía la cual crea, conserva y destruye, para expandir la Paz en el interior y en el exterior como lo remarca la Trimurti de la India para que sea el Amor el único mandamiento y no una Ley y su preceptos. Es preciso recordar que las leyes al ser creadas por un pequeño grupo de personas solamente favorecen a un pequeño porcentaje dañando la dignidad de toda una comunidad, en cambio, los mandamientos custodian la dignidad de todo ser humano sea cual sea su realidad.

Despertar el corazón de los seres humanos no es una tarea fácil, conlleva una responsabilidad espiritual y social al inyectar una luz de lucha en cada lugar donde las virtudes y los valores comienzan  a buscar el camino para expandirse teniendo claro que habrá un sin número de personas pertenecientes al poder que lucharán para acallarlo y adormecerlo nuevamente.

Cada uno de esto juglares modernos crea un camino en contracorriente, edificando una fortaleza espiritual necesaria para abastecer de vocablos y conocimiento, lo cual conduzca a la reflexión y al cambio a todos aquellos quienes lo escuchan.

Dentro de la Historia universal existen cantos significativos los cuales han traspasado el tiempo convirtiéndose y/o fortaleciendo la lucha de otras revoluciones y/o revelándose como parte de la denuncia de los pueblos que cursan acontecimientos similares.

Algunos de los cantos revolucionarios o de protesta social y espiritual son:

Strage fruit (1939),  himno de Billie Holiday contra el racismo; You don´t own me (1863) de Lesley Gore,  uno de los principales cantos feministas; ‘Whatś going go on’ (1971) canción en protesta a la brutalidad policial, Sunday Bloody Sunday de U2 (1983)  manifiesto en contra de las muertes de los manifestantes por sus derechos civiles. Pj Harvey en 2011 compuso The words the Maketh Murder en contra de la masacre producida en la guerra de Afganistán; el Himno nombrado Resistencia Palestina escrito y compuesto por Code Rouge y Amel Mathouthi quien compuso uno de los más hermosos cantos en apoyo a su tierra, Palestina.  Dentro de este concepto como olvidar las letras de Necesitamos una victoria interpretada por Jeanne Vehivkova la cual exclama, sobre nuestra patria sólo hay humo, uno para todos , el precio de la muerte no nos detendrá,  o la canción rusa Kathowa Katyuska, o Bella Ciao de la resistencia italiana, si me quieres escribir,  de la guerra civil española, la Muralla y el Pueblo Unido jamás será vencido de ‘Quilapayun‘, por nombrar algunas.

Es preciso escuchar cada una de estas letras para recordar a todos los pueblos la responsabilidad social y espiritual que cada uno tiene con su semejante, de manera similar a como Krsna explica a Arjuna sus responsabilidades en el Baghavad gita, cuando le menciona que él es un Kasatriya, es decir, un guerrero espiritual que tiene que crear una revolución para despertar las virtudes adormecidas en el mundo.

Ante esta responsabilidad es necesario separar a quienes toman la historia y olvidan impregnar las letras y música de espiritualidad alterando a la comunidad, provocando destrucción interior y social, de frente a los artistas quienes alentados por el Amor, la Bondad y sobre todo la Utopía hacen suyas las letras expandiendo el significado de la responsabilidad social, espiritual, emocional, corporal y moral que cada individuo tiene en sí mismo más allá de si cree en un Dios, dioses o no.

La música, la poesía, los himnos, fueron y son las herramientas de estos llamados profetas enriquecidos con la belleza del arte, cada uno de ellos,  como se visualiza en los Salmos, en los cantos a Ganesha, a Krsna, en el canto del Corán y del Shabat rememoran la Historia para sacudir la espiritualidad y a través de ella cambiar el mundo, convirtiéndose en la encarnación de la utopía, fundamento de la mística de las grandes religiones y la cual se encarna en tiempos precisos.

En la actualidad ésta encarnación  se revela en tres músicos que conforman una Brigada construida de fragmentos de diversas espiritualidades y de simbologías expresadas en su vestimenta, letras, composiciones y arreglos musicales.

Viva la Quinta, es el nombre de esta brigada, pero, ¿es lógico llamar a un conjunto de artistas Brigada?  La respuesta es afirmativa, porque una brigada es ágil, flexible al alejarse de la ortodoxia de un número preciso, en una brigada pueden entrar y salir los integrantes los cuales se unen en diversos instantes, dar un mensaje para después moverse y solidarizarse con otros artistas ampliando la utopía.

Es de recordar que la voz Brigada surge por Gustavo Adolfo el Grande de Suecia en 1628, quien tenía presente que cerrar un circulo a sólo un grupo de personas encarece el conocimiento, la estrategia y delimita el mensaje.

Por otra parte, se debe analizar el valor del número cinco tan importante en las grandes religiones y simbologías.   Tener un nombre que enaltece un número tiene un grado alto de espiritualidad en relación con la razón y el cuerpo,  el cual se consagra no sólo porque se convierte en el vehículo para trasmitir el Amor sino para gritar a través de la música la injusticia, la mentira  evitando  que todo se convierta en olvido.

El número cinco para la espiritualidad tiene su existencia en el cuerpo: los cinco sentidos, los cinco dedos de la mano, los cinco dedos del pie. Es a través del cuerpo en unión con este número que se  escribe, se siente, se camina. El numero cinco da a entender a través de la corporalidad que cada uno de los pasos personales dejarán marcas en los cinco puntos cardinales, el numero cinco en las manos enseña que todo lo escrito, palpado se fundamenta en la propia vida, pero al mismo tiempo tendrá una reacción en los cinco puntos del universo.

La espiritualidad de la antigua china menciona, las líneas de la mano se encuentran en ese lugar para que cuando cierres tus dedos comprendas quien tiene la vida en su mano, pero cuando los expandas entiendas que tu vida influye en los cinco puntos del universo.

Por otra parte, el número cinco en el cuerpo germina en la garganta a través del chakra Vishuda, es decir, Yo hablo, acto que fortalece la creación y la necesidad de expresar lo injusto para crecer y mejorar, es el cuerpo mental, la fuerza masculina de la dualidad, el Yang del Taoísmo o el cielo.   Dentro del Árbol de la Vida, de los Sefirots del pueblo judío, el número cinco determina al Hod, es decir, la determinación, la severidad, pero no aquella dura y dogmática sino la severidad que conlleva ser libre con esa responsabilidad que abre caminos.  En la mística cristiana el número cinco es descrito por Santa Teresa de Ávila como la morada donde surge la experiencia del amor de D/os, el lugar donde la vida nueva nace a través del Amor, resaltando a través de esta nueva vida que el Amor nuevo pasa por toda una revolución social e interior porque si no este no puede crecer ni expandirse.

Viva la Quinta lo conforman Dante Pimentel, Marisa Naina y Carlos Pacheco, unidos en Triada, -acto simbólico, ya que la triada es la unión del Yo con el Tú para ser un Nosotros- acto que expanden al entretejerse con  Julián González y Felipe Peralta quienes en momentos precisos se unen para construir y arar la tierra de la historia sustrayendo las voces de los muertos quienes lucharon por un mundo más justo, cantan los himnos escritos con lágrimas de los pueblos combatientes en contra del poder y la represión, provocando una revolución espiritual que conduce a la reflexión personal a través de la voz, el banjo y el acordeón.

Su música enaltece la belleza del ser humano, la creación, despiertan el Leteo evitando circule entre las venas de cada persona y quizá sin percibirlo reviven los cinco pilares del Islam: la Shahadah, es decir la fe, el Salah o la oración, el Zakad  o limosna, Swan el ayuno y el Hajj o peregrinaje.   Es preciso reconocer que estos preceptos no sólo deben de enfocarse en cuestiones de religión,  porque también enaltecen los símbolos de las Revoluciones a través de la fe en el pueblo, la solidaridad de pronunciar la justicia, la lucha por el pobre, la falta de alimento en tiempos de guerra y el peregrinaje físico y espiritual que realiza el ser humano que lucha. De manera semejante más no a imagen, estos  cinco pilares lo viven los creadores en su interior, lo cual ha provocado la creación de las  más grandes obras de arte -música, pintura, escultura, arquitectura, danza- las cuales en su momento han sido revolucionarias al convertirse en protestas y denuncias sociales, como lo es el Guernica de Pablo Picasso. Estos cinco momentos expresan el tiempo donde el ser humano se recoge para contemplar el mundo creando una Revolución interior la cual conduce a buscar la manera de cambiar situaciones sociales al comenzar la utopía en uno mismo.

Viva la Quinta resalta a través de su música y letras el valor numerológico de todo espíritu viajero y aventurero buscador de la libertad  principalmente de los sentidos. Viva la Quinta provoca en el interior la libertad constructiva a través de fortalecer la magia y la sabiduría provocada por la inquietud espiritual de la utopía social.

Viva la Quinta es una brigada que siembra una semilla en el corazón del ser humano para que a través del agua de la reflexión la espiritualidad y la razón reaviven las palabras de Albert Einstein quien dijo, La Revolución me introdujo en el arte,  y a su vez, el arte me introdujo en la revolución

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Martha Leticia Martínez de León

Martha Leticia Martínez de León

Hermeneuta en Libros Sagrados y Lenguas Antiguas.

Maestra en Ciencias Bíblicas y Hebreo Antiguo. Maestrante en Estudios Judaicos por la Universidad Hebraica. Licenciada en Ciencias Religiosas por la Universidad Pontificia de México. Especialidad en islam por la Universidad de Al Azhar de El Cairo, Egipto.

Especialidad en el Pensamiento del Papa Francisco y el Libro del Apocalipsis por el Boston College.

Especialidad en Música Contemporánea (Piano-guitarra).

Generación XXXII de la Sociedad de Escritores Mexicanos (SOGEM).

Ha publicado treinta y siete libros en México, España, Estados Unidos e Italia en diversos géneros literarios y teológicos.

Conferencista a nivel internacional.

Creó y desarrolla la teología del Silencio y de la Carne la cual entrelaza con la investigación mística, científica y musical bajo el nombre de “Lectura gemátrica, pitagórica y cuántica del Séfer Bereshit 1-3 -Hashem se revela a través del Big Bang-

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