Jorge León Gustà nació en Barcelona en 1962, en cuya universidad estudió Filología Hispánica y se doctoró en 2000. Catedrático de Instituto en Barcelona, ha publicado diferentes estudios y ediciones críticas de clásicos del Siglo de Oro, como las Poesías completas de Cristóbal Mosquera de Figueroa, poeta sevillano de la segunda mitad del siglo XVI; también la comedia Los melindres de Belisa, incluida en la Parte IX de las Comedias de Lope de Vega.
Este otoño se publicará el volumen “Cuatro entremeses inéditos del Siglo de Oro”, en Editorial Verbum.
Como profesor de secundaria, además de ser coautor de manuales de Lengua española y Literatura, ha publicado una edición de La Celestina. Junto con Jaime Martínez Sallés, ha escrito el libro de viajes Un veterinario en la nieve.
En 2014 publicó un libro de poemas, Breves fragmentos rotos contra el cielo. Actualmente presenta en Barcelona la exposición “Tocar la luz” de fotografía y poesía junto a Claudia León Mas.
Playa
La arena, sedienta, sueña un imposible
porque sabe que el cielo azul no saciará su sed.
Desde lo más alto, el sol ahoga toda esperanza
y la aplasta a ras de tierra.
Solo el silencio de la brisa acaricia los cuerpos tendidos
que, en su desnudez, también sueñan la pureza de otros cielos.
A ratos, el mar, piadoso, calma la arena sedienta con su oleaje
y con su rumor anuncia otras músicas, otras palabras,
otros deseos intuidos al otro lado, en su más allá.
Al fondo, una vela canta con su lenta danza otros caminos.
Tordera, 1/VII/18
¿Cómo podré estancar el agua inquieta?
He de aprender a serenar la fuerza del cauce.
Quietud frente al anhelo.
El espejo refleja el cielo que no se alcanza.
15 / V / 2017
Mar y final
Para José Antonio Cebrián
Llevo días buscándote y no encuentro
tu mirada azul. Pareces apagado.
Tan solo acudes, manso y triste,
a lamerme los pies como perro cansado
y sumiso, el aliento vital enflaquecido.
Tu agua parece opaca. Sin misterio
ni luz. Se han evaporado tus sueños
turquesa, puros como el cristal. Ya no cantan
alrededor los recuerdos. Desde la arena,
seca y sin ilusiones se intuye el horizonte.
Pero cierro los ojos y sé que yo
he conocido tu luz y tu armonía zul,
he bebido la plenitud de tu silencio,
me has sostenido, abrazado, arropado bajo el sol
y he perseguido tus pequeños sueños plateados,
he oído tu música secreta. Entre mis dedos se diluyen
los últimos segundos de arena,
ya sin vida,
final de tiempo.
¿Y se ha de quedar todo en el recuerdo,
en un olvido abandonado entre los pliegues del tiempo?
Tordera, 14 / VIII / 2018
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