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cursiva

Todo lo que hay que saber sobre la letra cursiva

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La letra cursiva, al igual que la negrita o el subrayado, no es un fenómeno propiamente ortográfico, sino más bien ortotipográfico. Sin embargo, a diferencia de los otros dos tipos de resalte mencionados, la cursiva responde a un número preciso de convenciones.

En este artículo las recordaremos como corresponde.

La letra cursiva, también conocida como itálica o bastardilla, es un carácter tipográfico que se utiliza en los textos escritos con letra redonda[1] para destacar o diferenciar una palabra, frase u oración. Podemos distinguirla porque está levemente inclinada a la derecha y porque su trazo es considerablemente más fino que el de la letra normal. Al igual que las comillas, que en algunos casos pueden suplantarla, la cursiva resalta un punto de disparidad en el discurso y, al hacerlo, permite al emisor desdoblar su locución para precisar la función y sentido de las palabras (o la palabra) afectadas por este tipo de letra.

Se escriben con cursiva:

  • Las locuciones latinas que aparecen en textos escritos en español. Ejemplos:

Los resultados que obtuvimos a posteriori nos ayudaron a resolver el problema.

Se trata de una rara avis en su rubro.

Está claro que el modus operandi de este criminal es el mismo que utilizó su predecesor.

Luego de verse acorralada, se vio obligada a hacer un mea culpa.

La condición sine qua non para que acepte tu oferta es que me devuelvas el dinero que te presté.

  • Las palabras escritas en lengua extranjera. Ejemplos:

Aquí te paso el link de la página de gramática de la que te hablé.

Monsieur Poirot acaba de llegar.

El hecho que tanto te escandaliza es apenas la punta del iceberg; ya verás todo lo que saldrá a la luz en unos días.

El sábado vi en televisión un western muy bueno.

¿Está segura que no desea nada más, lady Windermere?

Sin embargo, los nombres propios extranjeros no necesitan cursiva, puesto que ya están destacados por la mayúscula. Ejemplos:

El Foreign Office indicó que los especialistas colaborarán con las autoridades nigerianas.

Además de música en vivo, habrá un homenaje a Humble Pie.

Las aerolíneas British Airways, Lufthansa y Swiss están entre las más elegidas por los viajeros.

  • Los apodos, alias, sobrenombres y seudónimos, cuando éstos aparecen entre el prenombre y el apellido. Ejemplo:

Ernesto Che Guevara nació en Rosario en 1928.

No obstante, cuando aparecen tras el nombre verdadero completo, van entre comas. Ejemplo:

Ernesto Guevara, el Che, nació en Rosario en 1928.

Y en redonda cuando no se cita el nombre propio. Ejemplo:

El Che nació en Rosario en 1928.

Irán también en redonda los nombres históricos y consagrados por el uso. Ejemplo:

Alfonso el Sabio fue rey de Castilla entre 1252 y 1284.

Isabel la Católica no estaba destinada a ser reina, pero la muerte de su hermano la llevó al trono de Castilla.

  • Las palabras o frases consideradas desde un punto de vista metalingüístico. Ejemplos:

La palabra perro tiene cinco letras.

El pronombre personal él se distingue del artículo el por la tilde diacrítica.

Muchos sustantivos tienen género inherente; por consiguiente, no poseen marcas flexionales específicas de género masculino o femenino (por ejemplo: caracol, sillón, nave, libro, mano, cama, problema).

Las palabras derivadas de hueco (oquedad), huérfano (orfandad, orfanato), hueso (osamenta, osario, óseo, etc.) y huevo (óvalo, óvulo, ovario, ovíparo, etc.) no se escriben con h inicial porque no tienen diptongo.

En el caso de los dígrafos ch, ll, gu y qu, la mayúscula sólo afecta a la primera letra. Ejemplos: Chile, Llorente, Guernica, Quevedo.

  • Las palabras inventadas o mal escritas a propósito. Ejemplos:

Usted es un verdadero energúmetro, ya que es un energúmeno de largo metraje.

No se contentan con esa expliqueishion.

  • Las palabras utilizadas en sentido figurado o irónico. Ejemplos:

Con frecuencia tenía un mal viaje a causa de la droga.

El presidente Trump hizo una humana reflexión sobre la política exterior de su país.

  • Los títulos de libros, películas, obras de artes plásticas, obras musicales, obras de teatro y programas de radio o televisión. Ejemplos:

Estoy leyendo La cocina de la escritura de Daniel Cassany.

Te recomiendo La vida de los otros, es una película buenísima.

Una cosa es ver Los fusilamientos de la Moncloa en un libro de reproducciones y otra muy distinta es verlo en el museo.

La flauta mágica es una de mis óperas favoritas.

No me perdí ningún capítulo de Amar en tiempos revueltos.

Sin embargo, se tendrá en cuenta que, si se mencionan partes de un libro o de una publicación periódica, éstas deben escribirse en redonda y entre comillas. Ejemplo:

El cuento «La casa de Asterión», de Jorge Luis Borges, está incluido en el libro El aleph.

El artículo «Una nueva hipótesis de por qué se hundió el Titanic» fue publicado en enero de este año en el Clarín.

Del mismo modo, si se mencionan como partes de un todo (por ejemplo, de un álbum, de una ópera, etc.), los nombres de las obras musicales también deben ir en redonda y entre comillas:

El «Aria de amor» de la ópera Tosca, de Giacomo Puccini, lo emocionó hasta las lágrimas.

«Santa Lucía» es una canción del argentino Roque Narvaja, que Miguel Ríos incluyó en su álbum Rocanrol bumerang.

NOTA: los nombres de libros sagrados (o de alguna de sus partes) no se escriben en cursiva. Ejemplos:

La Biblia es el libro más vendido de la historia.

La llegada del anticristo está escrita en el Apocalipsis.

No sé en qué parte del Corán dice que los musulmanes deben matar a los cristianos.

  • Los nombres de periódicos, revistas y demás publicaciones periódicas. Recuérdese que en estos casos también se escriben con mayúscula inicial la primera palabra y los sustantivos, adjetivos, verbos y adverbios que aparezcan en el nombre de la publicación. Ejemplos:

Fundada en 1923 por José Ortega y Gasset, la Revista de Occidente dio siempre lugar a las corrientes más innovadoras del pensamiento, el arte y la literatura.

 La Gaceta Literaria fue una revista cultural creada por Ernesto Giménez Caballero y editada en Madrid entre 1927 y 1932.

Según El País, hubo dos muertos en un concierto de Rock en Argentina.

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Te invito, Octavio, a escribir en No Quiero Ser tu Beto, una revista de divulgación literaria que dirigen unos amigos.

Vale aclarar que, en muchos textos de Internet —probablemente por razones de marketing y difusión—, los nombres de publicaciones periódicas no aparecen en cursiva, sino en redonda y resaltados con colores llamativos. Pues bien, ésta es la forma que adoptan los hipervínculos o links para conducir al lector al sitio web de la revista o publicación mencionada.[2] No obstante, de no tratarse de un hipervínculo, lo correcto es escribir siempre el nombre de la publicación en cursiva.

  • Los nombres propios de embarcaciones, trenes, aviones, etc. Ejemplos:

Un submarino alemán torpedeó al Lusitania, sin importarle que la embarcación estuviera llena de pasajeros.

El presidente Macri no suele usar el Tango 01 para sus viajes al exterior.

Algunos detalles del Nautilus, según lo descrito por Verne, están sujetos a la interpretación, otros pudieron haber sido oscurecidos por la traducción; sin embargo, consideramos que lo principal está indicado.

Ahora bien, si uno de estos nombres forma parte de un título que ya figura en cursiva, se escribirá entre comillas. Ejemplo:

De la novela El motín del «Caine» se hizo una interesante película.

Cuando no se trata del nombre del vehículo, sino de la marca, serie, modelo o clase, irá en redonda. Ejemplo:

El Boeing 707 no tiene comparación con el Concorde.

  • Los nombres científicos de animales y plantas. Hay que tener en cuenta que la primera palabra, que corresponde al género, se escribe con mayúscula inicial, y la segunda, que corresponde a la especie, con minúscula. Ejemplos:

En el zoológico había un ejemplar de Pongo pygmaeus, que no es otro que nuestro querido orangután.

El Eucalyptus globulus es una especie arbórea de la familia de las mirtáceas, originaria del sureste de Australia y Tasmania.

  • Los nombres propios de animales (principalmente, el de nuestras mascotas). Ejemplos:

Morena, mi perra, es una gran compañera.

Querida, ¿le diste ya de comer a Manchitas? Porque lo escucho maullar hace rato.

Se exceptúan los animales personificados, así como los nombres de animales clásicos, que irán en redonda. Ejemplos:

Cómo me gustaría tener a Garfield de mascota.

El pato Donald es muy gracioso.

Pegaso era el caballo alado con el que Belerofonte logró dar muerte a la Quimera, bestia de múltiples cabezas que asolaba los territorios de Licia.

Bucéfalo era el caballo de Alejandro Magno.

Con respecto a los signos de puntuación que siguen a una palabra en cursiva, Martínez de Souza afirma que también deben escribirse en cursiva.[3] Sin embargo, debe tenerse en cuenta que, si dichos signos no forman parte del segmento mencionado o mostrado como otro, deben escribirse en redonda. Del mismo modo, si se trata de signos de interrogación o exclamación, éstos irán en cursiva únicamente si la totalidad del fragmento al cual pertenecen aparece asimismo en cursiva. De lo contrario, y aun cuando al comienzo, en el medio o al final aparezcan palabras en cursiva, estos signos se escribirán en redonda. Ejemplos:

No llores por mí, Argentina fue un gran éxito de Serú Girán. (Coma en cursiva)

Buscaron a Fido, el perrito de la cuadra, durante todo el fin de semana, pero todo fue en vano. (Coma en redonda)

Quo vadis? es una novela histórica del autor polaco Henryk Sienkiewicz. (Signo interrogativo de cierre en cursiva)

¿La palabra que falta en la oración es herir? (Signo interrogativo de cierre en redonda)

Por último, si por razones de disponibilidad tipográfica (como ocurre en Internet, por ejemplo, con los tuits y los estados de Facebook), no se puede escribir en cursiva, lo aconsejable es utilizar comillas.


[1] Llamamos redonda a la letra normal a la que la cursiva se opone en tanto alternativa de resalte.

[2] Véase Fundéu BBVA. ‘Escribir en Internet. Guía para los nuevos medios y las redes sociales’, Barcelona, Galaxia Gutenberg, 2012.

[3] Véase José Martínez de Souza. ‘Dudas y errores del lenguaje‘, Madrid, Paraninfo, 1987.

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Flavio Crescenzi

Flavio Crescenzi

Flavio Crescenzi nació en 1973 en la provincia de Córdoba, Argentina.

Es docente de Lengua y Literatura, y hace varios años que se dedica a la asesoría literaria, la corrección de textos y la redacción de contenidos.

Ha dictado seminarios de crítica literaria a nivel universitario y coordinado talleres de escritura creativa y escritura académica en diversos centros culturales de su país.

Cuenta con seis libros de poesía publicados, los dos últimos de ellos en prosa:
• «Por todo sol, la sed» (Ediciones El Tranvía, Buenos Aires, 2000);
• «La gratuidad de la amenaza» (Ediciones El Tranvía, Buenos Aires, 2001);
• «Íngrimo e insular» (Ediciones El Tranvía, Buenos Aires, 2005);
• «La ciudad con Laura» (Sediento Editores, México, 2012);
• «Elucubraciones de un "flâneur"» (Ediciones Camelot América, México, 2018).
• «Las horas que limando están el día: diario lírico de una pandemia» (Editorial Autores de Argentina, Buenos Aires, 2023).

Su primer ensayo, «Leer al surrealismo», fue publicado por Editorial Quadrata y la Biblioteca Nacional de la República Argentina en febrero de 2014.

Tiene hasta la fecha dos trabajos sobre gramática publicados:
• «Del nominativo al ablativo: una introducción a los casos gramaticales» (Editorial Académica Española, 2019).
• «Me queda la palabra: inquietudes de un asesor lingüístico» (Editorial Autores de Argentina, Buenos Aires, 2023).

Desde 2009 colabora en distintos medios con artículos de crítica cultural y literaria.

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