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Terapia relajante en el dolor

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PSICOTERAPIA Y RELAJACIÓN HIPNÓTICA VII

No tengo ningún deseo de dejar el dominio de lo psicológico flotando en el aire, sin fundamento orgánico… Dejemos a los biólogos avanzar hasta donde puedan y avancemos nosotros también. Algún día nos encontraremos.

Sigmund Freud

La Habana. Año 1990. Hospital de Emergencias. Paciente afectado de hernia bilateral inguinal es trasladado al quirófano encontrándose bajo estado hipnótico. Lo acompañan un psicólogo y un fisiólogo, pertenecientes al servicio clínico-asistencial del dolor. El paciente se encuentra en nivel hipnótico profundo, mientras el psicólogo continúa profundizando la inducción de hipnosis.

Al mismo tiempo el grupo de cirugía comienza la intervención. No se aplica como anestésico más que inducción hipnótica y acupuntura.

Culminada la intervención de hernia izquierda, y disponiéndose la sutura, el paciente emite leves quejidos, por lo que se inyecta Lidocaína en la zona intervenida y se profundiza en el estado hipnótico. Lográndose los objetivos se culmina la sutura y realiza la misma operación en el lado derecho sin dificultades. Se finaliza exitosamente, teniendo el paciente pronta recuperación.

Yo formaba parte del grupo de observadores, donde se hallaban otros médicos y psicólogos. Esta intervención quirúrgica con anestesia hipnótica fue una de las que usualmente se realizaba en Cuba.

Poco tiempo después se transmitió por la televisión de ese país una operación quirúrgica de apendicitis bajo similares condiciones.

El estado hipnótico y la técnica de su inducción fueron reconocidas dentro de los marcos de la sesión conjunta de la Academia de Ciencias y Academia de Ciencias Médicas de la antigua Unión Soviética en el año 1950. En 1955 lo fue por la Asociación Médica Británica, 1958 por la Asociación Médica Americana, en 1961 la Asociación Psiquiátrica Americana (Katzenstein,1980).

A menudo se reportan resultados experimentales en la literatura científica sobre la reducción del dolor por medio de técnicas de relajación hipnótica, aunque es conocido que estos efectos no se producen mecánicamente, sino que la información es refractada a través de la personalidad y actitudes del inducido.

El descubrimiento de las endorfinas y encefalinas (sustancias segregadas por el sistema nervioso que participan en la sensación de satisfacción y bienestar) alrededor de los años 70′, y su movilización por medio de la inhibición profunda, ha arrojado alguna luz sobre estos hechos. Sin embargo, si bien se producen efectos analgésicos y anestésicos mediante la hipnosis, lo cual es conocido desde que James Braid comenzara sus prácticas en el siglo XIX, su generalización no es fácilmente posible debido a su carácter subjetivo.

La inducción y sugestión hipnótica, junto a otras que conducen al mismo estado interno, como meditación, relajación psico-muscular, visualización guiada, relajación yoga, musicoterapia, y otras, han sido conocidas desde remota antigüedad, pero en la actualidad están avaladas por estudios neurofisiológicos, bioquímicos y psicológicos, siendo a su vez definidas como Técnicas Complementarias por las instituciones oficiales de salud de los Estados Unidos de Norteamérica (American Cancer Society, 2012) (Carver, 2011).

Cuando fundamos varios psicólogos la segunda Sociedad cubana de hipnosis, a mediados de la década del 80, acudió a esa cita un miembro de la primera sociedad, creada décadas atrás. Odontólogo, de avanzada edad en aquel momento, quien presentó un procedimiento bucal llevado a cabo exclusivamente con anestesia hipnótica.

A pesar de haber trabajado con hipnosis durante más de cinco décadas de trabajo profesional, aplicándola en trastornos relacionados al estrés y otras ramas de la psicología, su aplicación en el dolor siempre fue un campo muy aprehensivo para mí, el cual me hacía sentir inseguro. Obsérvese el siguiente caso:

   Caso T. Paciente femenino de 22 años. Acude al Instituto de investigaciones fundamentales del cerebro, en La Habana, debido a la necesidad de anestesia hipnótica para la imprescindible extracción de un molar cariado, debido a su alergia a anestesia química. Se aplicaron sucesivas sesiones hipnóticas, transmitiéndose sugerencias posthipnóticas, y alcanzando grado profundo. A partir de determinado momento se decidió realizar una prueba en salón de odontología, diferente del utilizado hasta ese momento, y con la participación del odontólogo.

En la aplicación se indujo de forma reiterada sensación de congelamiento de la hemi-cara correspondiente. Sin embargo, como comprobación se aplicaron ligeros toques con aguja, demostrándose lo infructuoso de la inducción. Por esa razón se decidió suspender la sesión.

La paciente fue contactada tres días después. Se conoció entonces que el día anterior, limpiando el piso de su casa, sintió súbitamente el congelamiento de la cara que había sido inducido con anterioridad, quedando insensibilizada. La sugerencia había quedado escondida a causa del miedo y la desconfianza. Unos días después, y remitida por mí, se llevó a cabo exitosamente la operación bajo hipnosis en el servicio de cirugía maxilofacial.

La mente dividida (SIRIO)
  • SARNO, DR. JOHN E. (Autor)

Una experiencia diferente tuve en una clínica privada de Caracas. El director, y familiares del paciente, me solicitaron mi atención en un caso debido a ser alérgico a todo tipo de anestesia química; me decidí entonces a aplicar la hipnosis como anestésico.

En esa aplicación me percaté, más que en cualquier intento previo, de que la sugestión hipnótica como medio de anestesiar el área quirúrgica debe ser dirigida hacia la zona a intervenir:

Caso AB: Paciente de 56 años, masculino, de ocupación chofer de autos, y enfermo de Gota. Es intervenido quirúrgicamente en la rodilla izquierda por lesión surgida a consecuencia de su enfermedad. En la sesión inicial se indujo la hipnosis por una hora aproximadamente, utilizándose la sugerencia: “no sientes nada, el cuerpo se pierde”. Posteriormente comenzó la operación, sin cambiarlo del lugar ni posición, al tiempo que continuaba la inducción y se trataba de profundizar el efecto de las sugerencias utilizadas.

Inmediatamente comenzó a quejarse a causa del dolor, pero sin abrir los ojos. Aparentemente se mantenía en estado hipnótico, pero ligero, a juzgar por la expresión facial y postura asumida en los intervalos en que no se manipulaba la herida. También al finalizar, se tuvo que inducir su normalización y la apertura de los ojos, los cuales no había abierto en ningún momento. En este momento refirió que lo sentía todo, pero sin salir del estado en que estaba.

Evidentemente había sido infructuosa la inducción hipnótica de acuerdo con los objetivos propuestos. En la evaluación de lo ocurrido decidí, para un segundo intento una semana después, modificar la inducción hipnotizante.

La segunda sesión comenzó induciendo sugestión hipnótica con el mismo tiempo de antelación, pero en esa ocasión se enfocó el adormecimiento “de la cintura hacia abajo”. Iniciada la intervención, el cirujano realizó la misma operación, considerando que el dolor sería más intenso que en la primera. Sin embargo, se llevó a cabo la intervención y lo único que el paciente sintió fue una ligera punzada por uno o dos segundos, resultando la ausencia de dolor.

François Magendie
François Magendie

Es de destacar que el paciente también fue sometido diariamente, durante la semana de intervalo, a una transmisión electrónica de sonido verbal con fines relajantes y con sugerencias encaminadas a condicionarlo favorablemente a la posterior inducción.

Al reflexionar sobre los mecanismos de la sugestión hipnótica en el dolor se requiere tomar en cuenta algunas cualidades psíquicas fundamentales. Ejemplo singular, pero ilustrativo, es un experimento que ha quedado como clásico en la historia de la psicología, y el cual fue realizado por el fisiólogo francés Francisco Magendie (1783-1855). En ese procedimiento se le cortó un miembro a un sapo durante el acto sexual, demostrándose como el placer sentido bloqueaba la sensación de dolor.

El científico Raúl Hernández Peón expone en su trabajo Aspectos neurofisiológicos de la atención, un experimento con gatos donde se observaba como se inhibía el potencial eléctrico de las fibras nerviosas de la audición mientras miraban ratones a través de la jaula. El médico y filósofo árabe Avicena, del siglo XVI, exponía que cantos y diversiones alivian el dolor físico, y Tomás de Aquino, en el siglo XIII, describía el mismo efecto mediante la meditación en lo divino. En la obra La Ilíada, de Homero, poeta griego del siglo X (a. C.), se narra como el anciano Néstor, mientras curaba las heridas de Patroclo, conversaba con él para ayudarlo a soportar el dolor de las heridas del combate.

John E. Sarno
John E. Sarno

Dentro de los estados psíquicos relacionados al dolor, se encuentra que el estrés es factor causante o agravante; por ejemplo, John Sarno, traumatólogo de New York, mantiene la teoría del origen psicógeno de muchos casos de dolor por hernia discal, y también en ligamentos, tendones y músculos.

Un paciente, estudiante universitario atendido por ansiedad y fobia a los exámenes docentes, sufría intenso dolor en la zona donde había sido intervenido por varicocele años atrás en cada crisis de ansiedad. Sin embargo, repetidos estudios médicos realizados por ello no arrojaban resultado positivo alguno. En otro caso, mujer de unos 35 años, afectada por síndrome ansioso-depresivo, sentía intenso dolor en una amplia cicatriz producida por un accidente automovilístico en su adolescencia cada vez que hacía crisis por su trastorno emocional. Por ello, el dolor interactúa con multiplicidad de funciones y procesos de la psique. Obsérvese la relación de hipnosis, dolor y memoria en el siguiente caso, donde la inducción fue aplicada en mi presencia por uno de los especialistas del equipo de trabajo:

Caso J: Arquitecto de treinta años. Sometido voluntaria e intencionalmente a la punción con agujas durante más de cinco minutos para observar su reacción al dolor bajo hipnosis. Se efectuó la punción en el brazo izquierdo, atravesándolo de un lado a otro sin reacción. Posteriormente, terminado el procedimiento, afirma no haber experimentado sensación ni tampoco recuerdo alguno, lo que se evidenció en el video tomado y en la observación directa. Tampoco sentía dolor al salir del hipnótico.

La prueba se llevó a cabo en circunstancias que no dejaban margen para mentir. No recordaba nada de la punción aplicada y solo se convenció cuando se le presentó el video. Sin embargo, se le hicieron otras pruebas con el objetivo de crear amnesia y fue infructuoso. Lo que indica que el efecto hipnótico no se produce mecánicamente, sino que resulta “filtrado” a través de las condiciones psíquicas del individuo.

Por otra parte, el dolor es señal importante de alerta sobre algún mal funcionamiento en cuerpo. El psiquiatra alemán Muller-Hegeman, escribió en su libro Psicoterapia, el caso de un niño de catorce años al que erróneamente se le remitió un dolor por hipnosis, el cual resultó ser apendicitis, terminando con la muerte del niño; la ausencia del dolor hizo desestimar su causa.

DolorEl efecto de reducción del dolor en pacientes de cáncer por medio de la hipnosis es aspecto crucial en el uso de esta técnica.  De más de 50 casos que he atendidos entre 1994 y 2015, se expone, solo en lo referido al dolor, los siguientes:

Caso M. E.: Paciente de 65 años, masculino, jubilado laboralmente. Afectado de tumor canceroso en la próstata, la cual le es extirpada, pero con anterioridad había hecho metástasis al fémur derecho. El encuentro inicial se produjo después de ser intervenido quirúrgicamente. A partir de ese momento se llevó a cabo la inducción durante quince días, con sesiones diarias de 20 minutos. El objetivo propuesto era exclusivamente contribuir a su estado anímico y reducir los dolores postoperatorios. Este se redujo paulatinamente de manera significativa a medida que se sucedían sesiones, aun tomando en cuenta el tratamiento medicamentoso.

Caso FR: Paciente masculino, 66 años, empresario jubilado laboralmente, con cáncer del pulmón, deprimido, desanimado, y sufriendo intenso dolor en la parte derecha de la espalda, a consecuencia de su dolencia. Se aplicó una sola sesión directamente. En esta se manifestaba escéptico al inicio, pero al finalizar la aplicación había desaparecido el dolor para ese momento y se sentía muy sereno. Sin embargo, por razones personales no podía acudir nuevamente al centro, por lo que se le indicó y entrenó en autoinducción, por tres o más sesiones diarias en su hogar.

Antes de finalizar el mes se sentía animado, el dolor se hizo imperceptible, y se reincorporó a la mecánica automotriz, la cual realizaba antes solo como pasatiempo y distracción. Más de seis meses después se tuvo conocimiento que el paciente continuaba en su casa, animado y trabajando en lo que le gustaba.

Caso JC: Paciente masculino, 62 años, con cáncer del hígado, empresario. Se aplicó en total 54 sesiones de hipno-relajación. Nace en Portugal, hijo de padre agricultor. Entre la primera y tercera sesión no parecía alcanzar un estado relajado a profundidad, lo cual logró en la cuarta. A partir de ese momento cada sesión comenzaba con inducción hipnotizante por 15 minutos, continuaba por otros 15 minutos con autoinducción, y finalmente 30 minutos con inducción dirigida de nuevo.

Entre la sesión nueve y once refiere sentir reducción del dolor en el área del colon, y sentirse mucho mejor. Al culminar la 15 expresa que por primera vez se siente muy bien y sin dolor. A partir de esa sesión duerme plácidamente, realiza compras en centros comerciales, sale con las hijas a caminar por un parque, e incluso hizo una comida por sí mismo. Se siente como si no tuviera la enfermedad. Antes de la sesión 25 expone que los dolores han desaparecido.

Después de la sesión 54 no se pudo continuar el tratamiento por regresar a su región natal debido a razones personales, por lo que se orientó y entrenó al paciente continuar por autoinducción en su hogar; no fue conocida su evolución.

Especialmente en el dolor en niños estas técnicas han resultado muy útiles. Este hecho explica sus altas probabilidades de éxito durante la infancia, dado los escasos contenidos psíquicos en esta etapa de la vida. Se han obtenido favorables resultados en reducción del dolor en niños enfermos de cáncer por el Dr. William Friedrich, en Minnesota. También en el dolor por migraña en el Hospital for Sick Children en Londres, en el Children’ s Hospital de Boston, en el Robert Wood Jonhson Medical School en New Jersey, y en la Universidad de Alabama, entre otros.

Es importante señalar que los procedimientos aquí expuestos son descritos de modo general y somero, no se describe fehacientemente la técnica utilizada, ni a plenitud el modo por el cual se hace efectiva realmente la hipnosis. En consecuencia, es necesario alertar de que estos intentos no se pueden llevar a cabo con ligereza, sin suficiente capacitación; habida cuenta que a menudo se llevan a cabo supuestas inducciones de hipnosis que no reúnen requisitos básicos de efectividad.


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José Ramón Ponce (†)

José Ramón Ponce

Doctor en Psicoanálisis, Universidad de Psicoanálisis Humanístico, Brasil.

Master en Psicología de la Salud, por la Walden University, Minnesota.

Licenciado en Psicología, certificado Josef Silny & Associates, Inc. Licencia de Hipnoterapia, USA.

Investigador Agregado por la Academia de ciencias de Cuba.

Fue miembro de la Sociedad de Neurociencias de Cuba, Sociedad de Psicología de la salud de Cuba, Grupo Nacional de Termalismo. Fundador y creador de la Sociedad Cubana de Hipnosis, en la Academia de Ciencias de Cuba. Miembro de la Sociedad Venezolana de Hipertensión arterial. Participante de eventos científicos nacionales e internacionales. Le han realizado numerosos reportajes de prensa por su trabajo.

Libros publicados:

Dialéctica de las actitudes en la Personalidad
El Sistema Psíquico del Hombre
Estrés emocional y su afrontamiento
Como estudiar mejor y sin estrés
Conversando con adolescentes
Un Hombre ante sí mismo
Hipnosis y relajación emocional.
Folletos en apoyo a la docencia.​

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