Como el buen cine japonés, caracterizado por la belleza y frugalidad de la imagen, la sobriedad del guión y la sencillez de la trama, también esta novela epistolar —la primera del autor que se publicó en España— construye su historia a base de estas cualidades, que, si auténticas, devuelven a lo discreto y parco el valor que merecen.
- Miyamoto, Teru (Autor)
De la lectura de Kinshu se sale sereno, sosegado; el texto no nos sumerge en ninguna acción, sino que nos concede el privilegio de acompañar los sentimientos de una pareja, antes matrimonio, que se reencuentra de manera fortuita en una excursión al monte Zaò, transcurridos diez años de su divorcio por adulterio de él. Ello impulsa durante diez meses una correspondencia entre ambos en la que cada uno trata de reinterpretar el pasado a la luz de la distancia y de lo vivido a partir de aquel momento.
Sin amargura, sin reproches, cada uno recupera sus recuerdos, su dolor, sus dudas, sus heridas y deja aflorar su conciencia de culpa en un ejercicio catártico de expiación, que les ayuda a saber y a reinterpretar hechos, y promueve un reacercamiento del que salen liberados de resentimiento y reconstituidos.
Teru Miyamoto (*Kobe, Japón, 1947) infunde a su texto un ritmo pausado, temperado, reflejo de la templanza de la pareja, que transmite al lector paz y armonía. A partir del intercambio epistolar se nos desvela la vida pasada y actual de ambos protagonistas así como el detonante de la separación: el descubrimiento de la infidelidad de él cuando se encuentran los cuerpos de los amantes en una habitación de hotel, ella muerta por suicidio y él malherido.
Las cartas plantean temas importantes, que, con los protagonistas, incitan al lector a la reflexión —la culpa, el karma, la relación entre pasado, presente y futuro en la vida del individuo—, así como promueven sentimientos como la compasión, entendida en su genuino sentido etimológico, y el respeto.
El texto no fuerza respuestas donde no puede haberlas, pues no todo en el comportamiento humano tiene una explicación consciente y mucho menos racional ni explicable racionalmente… En la escritura de los corresponsales Miyamoto deja entrever la ternura que emana del mutuo respeto y del antiguo amor que estos se profesaron, pero el tierno afecto está presente también en otras relaciones, como la de la exmujer hacia su hijo minusválido, fruto de su segundo matrimonio.
Venerado en Japón, pero poco conocido fuera, Miyamoto es autor de más de ochenta libros. En una entrevista (Gonzalo Robledo, Babelia, 18 junio de 2011) Miyamoto afirma que la literatura japonesa que escriben sus contemporáneos es infantil. Ha obtenido los premios Dazai Osamu, en 1977, por su novela Doro no Kawa (Mud River), el Akutagawa, en 1978, por Firefly River (Hotarugawa), el Yoshikawa Eiji, en 1987, por Yu-shun (Oracion) y el Shiba Ryotaro Prize, en 2010, por Gaikotsu Biru no Niwa (The Garden of Skeleton Building).
Kinshu. Tapiz de otoño se reeditó en España en 2012 (ed. Alfabia). Del mismo autor se han publicado además en nuestro país Gente de la calle de los sueños, en 2012 y El río de las luciérnagas (que contiene dos novelas cortas, una cuyo título que da nombre al libro y Río de lodo, en 2015, bajo el mismo sello editorial.
Teru Miyamoto
Kinshu. Tapiz de otoño
Traducción de la versión inglesa de María Dolores Ábalos
Ed. Alfabia, 2011, 235 págs.
- Miyamoto, Teru (Autor)
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