Las nueve musas
New Orleans

¿Qué es el Jazz?

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Como pasa con la mayoría de las cosas, formular una definición general, absoluta y concreta de algo, es difícil.

Respecto del Jazz podemos empezar por ver dónde nace.

Preservation Hall Jazz Band
Preservation Hall Jazz Band

Parece claro que el antiguo territorio de Luisiana y la ciudad de Nueva Orleans  son el centro de un crisol de culturas gestado durante el Siglo XIX. Allí llegan esclavos procedentes de África capturados a lo largo de miles de kilómetros de costa, y pertenecientes a pueblos y tribus con idioma y tradiciones muy distintas y variadas.

Algunas de esas tradiciones y danzas ya habían influido en la música norteafricana que llega España con la conquista árabe en el S.VIII. Y esos ritmos de origen africano forman parte de la música española que se lleva a América tras Colón, mezclándose en las Antillas, de nuevo, con ritmos de esclavos africanos allí trasladados. Muchos de esos esclavos con sus amos, tras la Revolución de Haití a principios del XIX, se desplazan a Nueva Orleans, la cual, a su vez, recibe una oleada de colonos centroeuropeos con sus propias músicas y ritmos. Y, para acabar de formar el cóctel, la presencia de la cultura hispana en la zona  también es importante.

Una vez tenemos los ingredientes basta con tener un lugar común dónde mezclarlos. El entorno de Nueva Orleans es ese lugar, con su idiosincrasia, su tolerancia cultural y su posición como emporio comercial que atrae a personas de muchos países.

Allí los distintos ritmos de sus habitantes se unen para formar algo nuevo. Y esa pudiera ser una de las razones de su éxito ya que el integrar tantos tipos de música conlleva que todo el mundo encuentra en el Jazz algún rasgo familiar.

En Estados Unidos el Jazz fue considerado como mera música popular, sin mayor transcendencia, hasta finales de los años 30 del siglo XX, incluso por los propios músicos que la tocaban, el público en general, las autoridades y los críticos musicales.

En cambio en  Europa, cuando llega en 1917, fascina a todos, público, artistas como Picasso e intelectuales como Jean Cocteau, uno de los primeros promotores de conciertos de Jazz en París.

También a los músicos europeos del momento les influye poderosamente incluso como para recoger elementos jazzísticos en algunas de sus obras. Pero no dejaban de ver al Jazz como  algo exótico, que daba frescura a sus propias composiciones pero sin perder la esencia clásica. Por ejemplo, Ravel, en su “Bolero”, de 1928, utiliza glissados en los trombones, un efecto que no se solía emplear en la música clásica pero sí en el Jazz.

También Debussy, contemporáneo de Ravel, compone su “Children´s Corner” en 1913, una colección de pequeñas piezas para piano en la que introduce ritmos sincopados inspirados en bailes que comenzaban a llegar a Europa, como el Cakewalk, y que triunfaban en los salones de baile. Una de las piezas recibe precisamente ese nombre: “Golliwogg´s Cakewalk”. Así mismo, Igor Stravinsky toma el nombre de unas composiciones para piano de finales del Siglo XIX y principios del XX, originarias de Estados Unidos y compone su “Ragtime para 11 instrumentos” entre el año 1917 y el 18 e introduce otro en su “Historia de un Soldado” al año siguiente.

A pesar de esta inicial fascinación, durante muchos años existió un componente despectivo, incluso racista, en la visión que se tenía del Jazz: música folklórica, de negros, para bailar, solo ritmo, sin armonía… Siendo originalmente una música hecha por negros, paradójicamente el primer disco de Jazz lo graba la Original Dixieland Jazz Band, una banda de músicos blancos, en 1917. Incluso las primeras y glamurosas estrellas del género también fueron músicos blancos, como Paul Whiteman.

Así, durante estas primeras décadas, la industria jazzística siempre fue rentabilizada por empresarios blancos. Pero a partir de la década de los 40  cambia la visión que se tiene del Jazz y este comienza a ser tratado como música a tener en cuenta. Hay varios factores:

  • La industria fonográfica y radiofónica ayuda a fijar estilos y difundir el Jazz
  • Un factor geopolítico: Los Estados Unidos de Norteamérica comienzan en la década de los 30 a cobrar importancia internacional y la expansión de su cultura, incluyendo al Jazz, es uno de los objetivos de su política exterior.
  • Las giras de artistas americanos por Europa durante la II Guerra Mundial y en la posguerra, instalándose alguno de ellos en el viejo continente, ayuda a agrandar su prestigio influyendo en varias de las corrientes filosóficas y artísticas del momento.
  • Los propios músicos comienzan a ver el Jazz como algo sofisticado y culto, “cool”, buscando el contraste con la época previa del
  • La aceptación, por parte de la clase media, del Jazz de los años 40 y siguientes como artículo de consumo sofisticado, abriéndole las puertas de las grandes salas de conciertos.
  • Se utiliza como símbolo de la lucha por los derechos civiles de la comunidad afroamericana
  • La llegada a los conservatorios de músicos jóvenes interesados en esta música lleva al Jazz a ser incluido en los planes de estudio y la investigación musicológica.
Paul Whiteman y su Orquesta
Paul Whiteman y su Orquesta

Y ahora volvemos a formular la pregunta: ¿Qué es el Jazz? “Mire, si no lo sabe, déjelo correr” fue lo que contestó Fats Waller a alguien que le hizo esta pregunta. Incluso Louis Armstrong contestó a lo mismo diciendo: “si tiene que preguntarlo, nunca lo sabrá”.

Desde un punto etimológico hay varias teorías acerca del origen de la palabra Jazz. Las primeras referencias escritas en la prensa de principios del Siglo XX mencionan la palabra Jass ,Jasm e incluso Gism. Eran expresiones coloquiales que aludían a la velocidad y energía en los deportes y juegos, y, en ocasiones, con cierta connotación sexual ya que Jasm podía significar esperma. También existía la palabra Jasbo como mote de músicos y Jaser término criollo referido a charla o algarabía.

“Dizzy” Gillespiecomentaba que en un dialecto africano Jasi significaba vivir a un ritmo acelerado. Hay quien opina que proviene del término cajún Jazzbelle pues así se denominaba a las prostitutas de Nueva Orleans, en alusión al personaje bíblico Jezabel , o del perfume de jazmín que utilizaban en los burdeles y que impregnaba la ropa de los clientes, a los cuales se acusaba de estar “Jazzy” cuando salían de esos locales, donde la música sincopada amenizaba las veladas.

Viendo las dificultades que conlleva llegar a una definición general quizá sea mejor buscar las características particulares del Jazz. Y comenzando por el ritmo, ya en sus orígenes al Jazz se le conocía como música sincopada. Junto a la síncopa, el swing es el ritmo que marca diferencias con el resto de músicas. El problema radica en definir ese swing. Hay quien lo llama balanceo, puede que acertadamente ya que hay un cierto vaivén en notas que deberían ser iguales. Sea como fuere, ese swing es lo que hace caminar al ritmo y no permite que el intérprete se apoltrone.

Fats Waller
Fats Waller

Otra de las principales características del Jazz es su sincretismo. Los antropólogos definen este término como la mezcla de elementos culturales que anteriormente existían por separado. Llevándolo al terreno jazzístico podemos decir que esta música combina estilos de múltiples culturas,  pero no como mera agregación sino como mixtura, integración de la que surge una música nueva que participa de todos pero no se parece a ningún estilo o música en concreto.

También es fundamental su  desarrollo estilístico: en el Jazz su evolución es un todo. Su historia es una corriente fluida, que no se interrumpe, y en la que cada estilo nuevo recoge la tradición anterior aunque se pretenda rechazar y romper con la música previa.

Igualmente son características propias el sonido y el fraseo. En las orquestas sinfónicas los músicos buscan un sonido homogéneo y “hermoso” primando la estética sobre la expresividad. En cambio el músico de Jazz no se preocupa de cómo suena, si no, de expresar, de ser “verdadero”. La Ética es lo fundamental, por encima de la Estética, la expresión manda sobre la hermosura, sin que tenga por ello que ser un sonido “feo”.

Y el fraseo es determinante. Dos músicos, uno clásico y otro de Jazz pueden tocar la misma partitura y sonar de manera completamente diferentes. Aquí interviene también el ritmo, el swing, como ya vimos.

Sonido y fraseo son rasgos de origen africano, traídos por los esclavos al continente americano. Fue su manera de hablar y entonar un idioma, el inglés, que no conocían y que les obligaban a aprender, prohibiéndoles hablar el suyo propio.

La improvisación es otro rasgo característico del Jazz. En realidad no es algo nuevo ni desconocido en la Música. Todos los grandes compositores y concertistas clásicos improvisaban en sus conciertos. De hecho las obras estaban pensadas para ello, las cadencias se escribían para que el concertista de turno improvisase y las arias da capo estaban concebidas para que, al volver a la parte inicial, el cantante pudiese mostrar su virtuosismo.

Todo ello se hacía siguiendo un patrón armónico, los cimientos de la pieza. Esta faceta de la improvisación en la música se ha perdido a lo largo del siglo XX en las orquestas y músicos clásicos. Hoy en día la tendencia es buscar “la mayor fidelidad posible” a las intenciones del compositor. Y en el Jazz cada solo improvisado está unido a su creador, no suena igual si lo toca otro, ya sea mirando una partitura donde se haya escrito o imitando lo escuchado.

Por último, también la forma de las piezas, la armonía y la melodía son características y diferenciadoras, todo ello muy influenciado por el Blues, los Spirituals y el Gospel. La presentación del tema en unísono por la sección melódica para pasar a la parte de los solos y finalizar de nuevo con el tema en unísono se hace común tras la época del Be-Bop, en los años 40.

Como conclusión, viendo todo lo anterior, podemos afirmar que el Jazz es mezcla, es un híbrido, una esponja que toma y asume todo aquello que le interesa y le llama la atención. Y lo hace de un modo subjetivo, depende de cada uno de sus creadores e intérpretes. Por eso es una música universal aunque su origen esté en un país determinado.

El Jazz está unido al espíritu humano, no sólo colectivo sino individual. Es una música democrática ya que si bien en su comienzo es el legado de los afroamericanos hoy día llega a todos los pueblos y culturas y todos forman parte de él. Pero, a su vez, es individual puesto que cada intérprete lo vive de distinta manera y lo expresa en su solo. Decimos intérprete y no compositor pues no se puede separar el Jazz de su ejecución en vivo, la partitura es una mera guía y quedarse en ella supone petrificarlo. Incluso las grabaciones sólo son instantáneas, fotos de un momento puntual e irrepetible, no cabe reproducir en otra sesión la misma música de igual forma.

Por último decir que en el Jazz no cabe parcialidad, exageración ni dogmatismo. Hay que respetar toda opinión, mantener la mente abierta y dejarse cautivar por los sentidos y la inteligencia. A partir de aquí cada uno deberá sacar sus propias  conclusiones.

Juan Antonio Fuego Casielles

El jazz: las raíces

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