Cuando irrumpió la fotografía digital, una de las preguntas que surgieron fue cómo impactaría en el aspecto de la cámara fotográfica, ya que su diseño actual estaba concebido, al menos en parte, para contener el rollo de película y el mecanismo de arrastre, que ya no serían necesarios.
Si bien ya hubo algún experimento de formatos innovadores en cámaras analógicas, recuerdo ahora a ‘Canon‘ con su modelo Photura, no fueron muy populares en su momento, por lo que no trascendieron demasiado.
De todos modos, había cierta expectativa en qué beneficios a la ergonomía podía aportar el liberarse de ciertas restricciones mecánicas.
Sin embargo, las primeras cámaras digitales fueron similares a sus correspondientes analógicas, ya sea compactas o réflex, con el agregado de una pequeña pantalla en la parte trasera.
El tiempo fue pasando, la industria de la fotografía digital fue evolucionando, incorporando nuevos jugadores, como ‘Sony‘ o ‘Panasonic’ , que venían del mundo de la electrónica, pero las cámaras digitales, a pesar de haber incorporado alguna que otra característica para ganar en practicidad, como un tamaño un poco más reducido o pantallas más grandes y rebatibles, siguen siendo muy parecidas a sus contrapartes más antiguas. O sea, las cámaras fotográficas siguen teniendo forma de… cámaras fotográficas…
Sin embargo, en los últimos años se han dado grandes mutaciones en el aspecto de los dispositivos para capturar imágenes, que pasan inadvertidas si solo nos dedicamos mirar la forma de los últimos modelos de tal o cual cámara, pero resultan más que evidentes si nos concentramos en ver a los camarógrafos en acción.
Por ejemplo, la cámara fotográfica familiar ha mutado a un formato rectangular y plano, de dimensiones a veces hasta incluso más grande que una cámara compacta de 35mm, pero sumamente más delgada, sin visor óptico, y donde una de las caras es casi totalmente pantalla. Claro, aunque le dicen “smartphone”, han recibido las últimas innovaciones tecnológicas en materia de captura fotográfica. De hecho, la publicidad de estos artefactos no hace referencia a la calidad de las llamadas telefónicas, ni a las facilidades que brindan para hacerlas, sino que promocionan el sistema de cámara dual o triple (ante la imposibilidad de intercambiar objetivos, permite el intercambio entre cámaras completas que vienen incorporadas), los complejos algoritmos para lograr una mejor exposición, o la posibilidad de controlar la profundidad de campo incluso luego de tomada la foto.
Otra interesante mutación se puede observar con el tema de las filmaciones. Ya casi no se utilizan videocámaras cuyos diseños especiales permitían realizar largas tomas, con libertad de movimiento, cámara en mano, sino que se realizan con modernas cámaras fotográficas réflex, ya que cuentan con las prestaciones de cámaras de video profesionales, con la posibilidad de intercambiar lentes y grabar en 4K Ultra Alta Definición (UHD).
Claramente estas mutaciones no fueron guiadas por beneficios ergonómicos, muy por el contrario, ésa es la deuda pendiente. Tanto, que se comercializan accesorios para hacer más práctico el uso de estos aparatos cumpliendo estas funciones no previstas originalmente.
Mientras tanto, no sé si imaginar la cámara del futuro con un creativo diseño, o intentar descubrir qué otro artefacto se utilizará para tomar fotografías…
Añadir comentario