Las nueve musas
El Barón Rojo

Lothar von Richthofen: a la sombra del Barón Rojo

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El 21 de abril de 1917 el avión triplano AB.10 Fokker Dr.I 425/17, enteramente pintado de rojo, cae sobre el campo de Vaux-Sur-Somme, en Francia.

El tripulante no da señales de vida; acto seguido el avión es literalmente despedazado por los soldados australianos, ávidos de poseer un recuerdo del aparato alemán.

Manfred Von RichthofenSe observa en el piloto una herida de bala con trayectoria de abajo a arriba, lo que sugiere que ha sido abatido desde tierra, probablemente por una ametralladora Vickers.

La Royal Air Force emite un parte en el que atribuye al capitán del escuadrón 209 de la RAF A. Roy Brown la muerte de Der rote baron: Manfred Von Richthofen, el Barón Rojo; aunque otros dos oficiales reclaman el mérito: el sargento C.B Popkin, de la compañía 24 de ametralladoras y el artillero 3801 Robert Buie, del Regimiento de artillería 53, ambos australianos.

Inmediatamente después el cuerpo del aristócrata alemán es llevado a un hangar, donde pasa la noche. El 22 de abril seis oficiales de la RAF acompañan al féretro, que es conducido con honores militares en una carroza Crossley Tender. Un pelotón de salvas de pilotos australianos y más de cien dolientes siguen el cortejo hasta el cementerio francés de Bertangles, donde se le da sepultura. Von  Richthofen recibe de sus enemigos un funeral anglicano y un toque de trompeta de honor. La tumba se  engalana con flores y una cruz, y se le dedica el siguiente epitafio:

Aquí yace un valiente, un noble adversario y un verdadero hombre de honor”.

Al caer la noche un grupo de franceses de la base de Poulainville, que evidentemente no participan de la admiración que ingleses y australianos han demostrado profesar al Barón rojo, irrumpe en el cementerio; destrozan todas las muestras de homenaje y profanan la tumba.

Lothar Von RichthofenLa noticia cae como una losa en la Jagastaffel 1, la primera ala de caza de la Historia aérea, que contaba en su haber con 151 aviones británicos derribados. Asume el mando Wilhem Reinhard. La unidad se compone, ya sin el Barón rojo, de 31 ases de la aviación entre los que se cuentan los tenientes Kurt Wolff, con 22 victorias; Karl Schaffer, con 15; el hermano de Manfred: Lothar Von Richthofen, también con 15 victorias, pero convaleciente en aquel momento y Hermann Goering, que será su último comandante. Otro Von Ritchhofen, Wolfram, llegará a ser mariscal de campo de la Luftwaffe y el responsable directo de la tragedia de Guernica, ya en la II guerra mundial.

La Jagastaffel 1 agrupaba las Jastas 4, 6, 10 y 11, y había sido creada el 28 de septiembre de 1916. Conocida como El escuadrón de los elegidos, posteriormente pasaría a ser El circo volante de Von Richthofen. Durante el último año de comandancia del Barón rojo la unidad disponía de 14 aviones personalizados por sus pilotos, en su mayoría AB.7. Albatros DIII; el colorido de los aparatos y las piruetas que eran capaces de ejecutar con los mismos los miembros del escuadrón, propiciaron que se le conociera con el último sobrenombre. Para entonces ya era Manfred Von Richthofen héroe nacional y leyenda viviente. Se le había condecorado con una de las máximas  distinciones alemanas: la Cruz azul Pour le mérite, en octubre de 1916; un año más tarde, el 14 de mayo, concederían a Lothar la misma distinción.

Albatros Dr IDOS HERMANOS OPUESTOS

hermanos RichthofenLos dos hermanos Von Ritchhofen  nacen en Breslau, Baja Silesia, en el seno de una familia aristócrata; Manfred el 2 de mayo de 1892, y Lothar el 27 de septiembre de 1894. Desde niños se hacen evidentes las diferencias de carácter: el pequeño, Lothar, es mucho más extrovertido que Manfred y, aunque ambos hermanos son apuestos,  destaca más Lothar por su atractivo físico y simpatía. En 1915, cuando ya ambos forman parte del Escuadrón de los elegidos, las diferencias se manifiestan también en sus respectivas técnicas de vuelo; puede decirse que Lothar se muestra más imprudente, más tirador; y en cambio Manfred es más frío, más cazador.

El 6 de julio de 1917 Manfred es abatido por el capitán Donald Cumel del 20 Escuadrón británico: un grupo de aviones biplaza FE 2 D. Es la primera vez que se certifica la muerte de Von Richthofen, que no obstante sobrevive. Durante su convalecencia Lothar asume el mando del escuadrón; no es la primera vez que comanda la Jagastaffel, pues era costumbre que sustituyera a su hermano en el mando cada vez que éste se hallaba de permiso.

Mientras se repone de sus heridas Manfred escribe Der rote kampffieger (El avión rojo de combate), parece ser que inspirado por la enfermera Kate Otersdorf, única referencia de interés romántico en la vida del Barón. El libro es en esencia una compilación de hazañas entre las que Von Richthofen desliza exaltaciones de su propia figura; y el éxito de su edición en Alemania terminaría de forjar la leyenda del As de la aviación. A partir de ese momento, ya recuperado y reincorporado al servicio, será para siempre el Barón rojo.

LA TÉCNICA DE VON RICHTHOFEN

Fuera Manfred o Lothar, el comandante de la Jagastaffel perseguía al avión a derribar aprovechando la ventaja de tener el sol a la espalda; desde arriba y por detrás. El objetivo era el piloto; abatido el piloto, el aparato se estrellaba se forma irremediable. Manfred destaca por su habilidad en el tiro, pero es fundamentalmente un estratega: la fama de invencible se debe en gran parte a la idea de protegerse en flancos y retirada con la escolta de su Escuadrón. Lothar es mucho más arriesgado que su hermano, hecho que le lleva a pasar por más percances, y muchos más meses de convalecencia de los que tuviera el Barón rojo durante los años de servicio. Puede afirmarse que, de no haber pasado tanto tiempo convaleciente, los logros de Lothar Von Richthofen habrían podido ensombrecer a los de su hermano.

Y no obstante el mayor de los Richthofen acapara la fama. Al morir tiene en su haber 80 victorias certificadas, frente a las 40 que llegaría a alcanzar Lothar. Es de destacar que una vez derribado el aparato enemigo, Von Richthofen no se ensaña con el piloto, y si éste está herido le concede la oportunidad de supervivencia; característica que influirá en el respeto de sus admiradores, aún cuando éstos pertenezcan al bando contrario. No obstante hay versiones diferentes, según las cuales le gustaba inspeccionar el lugar en el que impactaba el avión derribado para obtener un recuerdo del caído, a modo de trofeo de caza.

UN NOBLE ADVERSARIO Y UN VERDADERO  HOMBRE DE HONOR

Siendo la primera vez que el espacio aéreo servía de campo de batalla en un conflicto bélico, los miembros de los Escuadrones del aire desarrollan un código de honor mediante el cual se reconocen los méritos de cada piloto aunque éste pertenezca al enemigo. Cada logro de uno de estos ases de la aviación repercute en la moral del bando propio; se publican sus hazañas; se engrandecen sus nombres; se forjan las leyendas. Al no existir referencias anteriores, los pilotos no tienen ejemplos a seguir ni experiencia que aprovechar; se ven obligados a crear los suyos propios. En estas condiciones es fácil apercibirse de que la temeridad tenía por fuerza que estar presente entre los rasgos de su carácter.

Barón RojoProbablemente la motivación principal de los hermanos Von Ritchhofen para arriesgarse a surcar los cielos fuera, en un primer momento, el natural horror a las trincheras infestadas de ratas, a la malnutrición y al ambiente de enfermedad y desesperación que por fuerza debían resultar pruebas muy duras para dos muchachos acostumbrados a la comodidad de su entorno familiar.

La primera victoria oficial de Manfred, antes de ser conocido como el Barón rojo, se había producido en septiembre de 1916, tras un conato que no pudo confirmarse. Manfred da muestras de aprender rápidamente de sus errores: en octubre del mismo año ya es condecorado con la Cruz azul. En abril de 1917 —el Abril Sangriento— derriba 22 aviones; 4 de ellos el mismo día. Lothar conseguiría 16 victorias en ese período; antes del 13 de mayo -fecha en que es derribado- ya cuenta con 23.

El mismo hecho de sobrevivir día tras día, y la rápida sucesión de victorias pudieron muy bien contribuir a la evolución del fuero interno de los Richthofen. Manfred, en particular, nunca había sido muy expansivo con sus sentimientos. De sus escritos se deduce que estar a la altura de la fama era su principal preocupación. Es difícil discernir en qué momento el mayor de los Von Ritchhofen dejó de ser Manfred para convertirse, íntimamente, en el Barón rojo; pero también es un hecho indiscutible que tal transformación llegó en efecto a producirse.

En pleno desempeño de su papel llega afirmar que cada vez que derriba un avión inglés es “al menos feliz durante quince minutos”. La respuesta del bando inglés cuando se produce la muerte del Barón hace pensar que la frase no era más que una bravata destinada a hacer su imagen más terrible, y que este  tipo de propaganda era usada, y comprendida, por ambos bandos.

En Veux-Sur-Sommes no se lamenta la muerte de Manfred Von Ritchhofen, sino el hecho de que con ella desaparece la posibilidad de volver a enfrentarse en el aire con el más temible de los adversarios: el Barón rojo. Ese es, en el momento recogido por la Australian War Memorial en una filmación de 4 minutos, el dolor de los pilotos de la Triple Entente.

Yolanda Cabezuelo Arenas

En 1925 la tumba del Barón Von Richthofen es nuevamente abierta para proceder al traslado de sus restos a Berlín. Aunque la familia se muestra reticente, el gobierno alemán hace imponer la conveniencia de sepultar al héroe de guerra en suelo patrio, y habiendo fallecido Lothar en 1922 se encarga al hermano menor, Karl Bolko, que acompañe los restos hasta la capital, donde reciben el más grande homenaje que Alemania haya dado a uno de sus hijos.

El otro hermano, Lothar Von Richthofen, también héroe de guerra, no recibió más reconocimiento que el olvido.

Yolanda Cabezuelo Arenas

Yolanda Cabezuelo Arenas

Yolanda Cabezuelo Arenas es un espíritu libre, extraño equilibrio entre la estricta educación conservadora y la influencia librepensadora de su padre José Luis Cabezuelo Holgado, insigne abogado que durante muchos años lo fuera del Consulado de Italia en Sevilla, ciudad donde era conocido por su erudición.

De su madre, Laura Arenas Green, perteneciente a una familia aristócrata y aficionada a las Artes, hereda el de verbalizar y hacer visible la realidad. Hay que recordar que es sobrina de Luis Arenas Ladislao, conocido fotógrafo cuyo legado diera a la belleza de Sevilla proyección internacional, incluso la Sevilla secreta de la más estricta clausura en e Sevilla oculta, Sevilla eterna y Semana Santa en Sevilla.

Su tatarabuelo, Isauro López-Ochoa y Lasso de la Vega, fue un periodista perseguido por sus ideas liberales; fundador de la revista El Avisador, que contaba con la colaboración de Javier Lasso de la Vega, José Gestoso, Luis Montoto, Antonio Machado y José de Velilla, entre otros.

El ambiente familiar propició el trato desde niña con personajes destacados de las Artes, recibiendo una formación esmerada en el estudio de la Historia, Literatura, Música y Pintura, faceta que perfeccionó en la escuela de Artes Aplicadas y oficios artísticos de Sevilla. También fue alumna de José María de Mena en la escuela de Arte dramático, llegando a interpretar y dirigir obras como Cinco horas con Mario, La vida es sueño, Don Juan Tenorio y La casa de Bernarda Alba.

La principal temática de sus escritos ligeros se centra en el comportamiento humano. Para estudiarlo no ha dudado en introducirse en distintos ambientes sociales, incluso marginales. Aunque reconoce que “habría podido evitar conocer a algunas personas, he aprendido la importancia de los valores viendo las consecuencias que sufren quienes viven sin ellos”.

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