Las nueve musas

La danza… Palabra del cuerpo para D/os

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Baila primero. Piensa después. Es el orden natural
Samuel Beckett.

A lo largo de la historia de la humanidad se contempla que todo tiene movimiento.

No existe algo en el universo que no gire o ruede.

La danzaLas galaxias se encuentran en constante inquietud, el sistema solar gira  alrededor del sol  acompañado de  infinidad de astros. El espacio se expande y se contrae revelándose en una constante danza.  En la creación cada árbol mueve sus ramas con una cadencia particular y única al tiempo que componen hermosas melodías al entretejerse con el viento.  Las piedras viran, el agua corre, cae, las aves surcan el cielo,  los animales corren, caminan, juegan, marcando una cadencia.  De manera similar el cuerpo humano lleva en su interior euritmias en el funcionamiento de los órganos quienes siempre están oscilando.

El corazón danza y compone música con la cual el ser humano adquiere una rítmica expresada en su forma de caminar, respirar, expresarse. El vaivén que acompaña a cada persona, su estilo de mover su cuerpo, —por decirlo así—  tiene su germen en  la Música y la Danza del corazón, de ahí que la danza se haya convertido en un punto central de la mística,  del encuentro con D/os, y el espacio-Silencio donde se manifiesta el erotismo, donde la corporalidad se perfecciona con la espiritualidad. La Danza es el lugar de encuentro entre dos cuerpos quienes se manifiestan ante  D/os  quien Escucha, y se presenta por medio de la música y movimientos particulares los cuales ofrecen a la persona esa Libertad que no encontrará en otros escenarios, por ello, los grandes místicos de la India, enfatizan que el deleite de la sexualidad crea una Danza de Libertad en la mente y en el corazón del ser humano.

La Danza es una expresión sagrada, que ha tenido y tiene como centro la adoración a los dioses, a D/os. Cada movimiento es una ofrenda otorgada por el cuerpo, porque su corporalidad es lo más sagrado del ser humano, además de ser el único vehículo para llegar a D/os.  El cuerpo, atuendo del alma, es desde la mística un instrumento cedido por la o las divinidades al ser humano para que a través de él, ellos escuchen sus peticiones, deseos y para que por medio de él se les consagre, por ello, la Danza ofrece Libertad  y libre albedrío. Por ejemplo, los antiguos bailarines de la danza Hula de Hawaii, cimentaban sus danzas en la llamada Hula-Mai o sexualidad para revelar la beldad de los movimientos que la naturaleza realiza para fertilizar la tierra. Esta danza se convierte en  una ofrenda con  la particularidad de mostrar a las divinidades la contemplación y sabiduría que el ser humano obtiene de la creación.

La Danza es el vocablo espiritual del ser humano para conversar con D/os, de manera semejante a como la Música es y ha sido considerada la voz de D/os.

Esta relación de la Danza como oración y/o ofrenda del cuerpo hacia las divinidades o D/os es la danza árabe, surgida en países del Medio Oriente para dar culto a la fertilidad humana y a la de tierra.   Cada movimiento y posición corporal tiene como fin significar, expresar e interpretar sentimientos, emociones, dones, los cuales van dialogando con la Música.  En la Danza la corporalidad y la espiritualidad se hablan y escuchan.

Esta concepción de la Danza se aprecia en los Templos del antiguo Egipto donde se contemplan vestigios de pinturas expresando  la Danza religiosa como parte de los rituales a la diosa Hathor, divinidad de la Belleza, Danza, Música y de la feminidad.  Hathor, era considerada la Madre de las madres y del parto, por ello, cada movimiento de cadera se relaciona con las agitaciones de la tierra a partir de las cuales se engendran flores, árboles, frutos. Este dialogo sagrado del cuerpo y la espiritualidad reflejada en esta Danza influyó  al baile y Música flamenca originado por los Moros en la época Al – andaluz.

HathorLos Judíos Mesiánicos, -grupo de personas que se consideran judías, pero, con la convicción de que  Jesús de Nazaret si fue el Mesías esperado-  realizan la Danza Jaziel o Visión de D/os.  Esta Danza tiene su principio y fortaleza en los cuatro rostros o Hayot del libro de Ezequiel, y son relacionados con la personalidad y mensaje de los cuatro Apóstoles, es decir:

  1. Águila – visión – san Juan.
  2. Buey – fuerza – san Lucas.
  3. León – dominio propio – san Marcos.
  4. Hombre/ángel con alas – sensibles a la voz de D/os – san Mateo.

Esta relación de la Danza con los Libros Sagrados relaciona la corporalidad con el sacerdocio, el cual debe desarrollar dos niveles: 1) El dialogo del cuerpo con D/os.  2) El escuchar a D/os.  Por ello mencionan Tu danza es un indicador de lo que existe en tu corazón.

 Los Derviches o Dervish, (vocablo persa)  o en árabe Faquir, son una orden mendicante  la cual forma parte de la Tariqa o cofradía perteneciente a la mística musulmana denominada Sufismo, comparten con los Mavlevi o Derviches giratorios, discípulos del poeta Rumi, nacido en Afganistán en 1207, la contemplación de la Danza como el encuentro del ser humano con D/os.  Este grupo de hombres cimientan su Danza en la repetición de frases pronunciadas al girar el cuerpo hasta crear un éxtasis religioso.  Esta danza llamada Sema consiste en girar sobre sí mismos realizando diversas posiciones con los brazos, se comienza con los brazos sobre el pecho símbolo de la presencia de D/os, poco a poco levantan la mano derecha alegoría de lo recibido de D/os, mientras la mano izquierda cae dirigiéndose a la tierra como signo de lo ofrecido por el ser humano a D/os. En conjunto significa que el ser humano no debe almacenar nada para sí mismo, además de subrayar la ascesis espiritual hacia la Verdad, acompañados por el amor y librándose totalmente del ego. Esta Danza giratoria representa la Danza de los planetas llamada SAMA,  porque para ellos cada planeta es un amuleto del alma el cual ayuda a través de sus giros a descubrir el Amor, guiando hacia la presencia de D/os, uniendo en la cada giro la vida con la muerte, eliminando el miedo a esta y el cual fractura el camino del alma y del cuerpo  para llegar a D/os.

Otras Danzas sagradas habitan en los pueblos latinoamericanos y africanos  siendo su objetivo sagrado borrar el espacio existente entre el tiempo del Hombre (Cronos) y el tiempo de D/os, (Kayros).   Los indígenas de estos pueblos toman el cuerpo como el instrumento que comunicará a D/os sus ofrendas y peticiones al compás de la Música, la cual es albergada como insignia de la voz de D/os quien al absorber la ofrenda se comunica alumbrando un éxtasis en el ser humano.

Las Danzas sagradas de la India, son asumidas como el trance que confiere el encuentro y el diálogo con los dioses. Su carácter corporal enuncia las palabras de los siete lenguajes del cuerpo y del alma, por ello, cada Danza tiene su conversación a través de sesenta y siete mudras (posiciones de las manos) y treinta y seis movimientos de los ojos. Coexisten diversas Danzas sagradas las cuales se consuman para comunicarse con las divinidades, recitar las necesidades y a través de la Música escuchar la contestación de los dioses. De manera equivalente a otras culturas, las Danzas de la India convierten al cuerpo en la Palabra del alma y a la Música en la voz de las divinidades, por ello, los Krsnas comprenden a la Danza como la más bella plegaria y repiten  Hare Krsna Hare Rama bailando, al igual que los adoradores de Ganesha o Ganapati a través de la danza Ganapati Vandana.

Para el pueblo musulmán el movimiento del cuerpo es la manera perfecta de conectarse con Allah, por esta razón las cinco oraciones del día tienen movimientos corporales, porque sólo a través del cuerpo el ser humano se comunica con Allah y al mismo tiempo lo escucha en el Silencio-espacio, entre un movimiento-Palabra y otro.

De igual manera esta conexión Cuerpo-Danza-Música, resalta en la mística y oración judía. Para el pueblo judío el mundo al ser perfecto revela cada instante enseñanzas, consejos y secretos que únicamente la Danza hace resurgir, además la Danza sana y cura los sucesos negativos que el ser humano va creando en su caminar.

Rabí Nahman señala que en el paraíso habitan los Tzadikim, los grandes Justos quienes examinan cada acto y acciones del ser humano, ellos realizan el Dinim o juicios severos, recordando que el mal no se paga en un más allá sino cada día. Cuando el ser humano realiza un acto contra su semejante, el ambiente cambia, aunque los demás no lo sepan, su conciencia lo sabe, su corazón es el más grande testigo de sus actos, por ello, a partir de ese momento no puede seguir siendo igual, todo su ambiente se vuelve pesado, todo comienza a parecer engaño, se empieza a dudar de la gente, pero, estos Dinim, pueden ir desapareciendo si la persona danza y aplaude, bailar y aplaudir mitigan los juicios. Para los Tzadikim, bailar los pies, levantar el cuerpo tiene más valor que realizar ayunos, porque al manifestarse el cuerpo, se exalta la presencia de D/os existente en la dignidad de cada ser humano.

Rav. Yonatan D. Galob explica sólo a través de los Tzadikim  el ser humano puede subir de nivel espiritual, y ellos alejan la negatividad a través de la Danza cuya  finalidad es acercarse y dialogar con D/os.

La Danza incita al ser humano a contemplarse en su semejante, a percibirse en D/os en cada  sonrisa, y a encontrarse en el otro a través de la mirada.  La Danza enseña que el vocablo YO sólo le pertenece a D/os, mientras al ser humano le concierne el NOSOTROS. La danza ofrece Libertad al ser humano, elimina el pudor y la crítica hacia el prójimo y hacia uno mismo, a través de la Danza, D/o se revela en el corazón del hombre y de la mujer y estos se relacionan con El.

Bailar y aplaudir purifican los juicios severos. En el Tikunenn Zohar, se menciona que el Ruaj  o aliento divino sopla en las siete moradas del cuerpo (algo parecido a lo mencionado por Santa Teresa de Ávila) y limpiando el alma y el cuerpo a través de la Danza y los aplausos.

Para el pueblo judío la tristeza, la depresión, la soberbia son actos idolatras hacia uno mismo los cuales se eliminan mediante la Danza, porque esta retorna al ser humano a su dignidad natural.

Esta danza mística debe realizarse siempre para comunicarse con D/os, por ello, se baila solo pero en grupo. Bailar es una consagración a D/os y un precepto divino. A través de ella, el cuerpo bendice a D/os y D/os glorifica al ser humano. Al bailar, el ser humano se reencuentra con su dignidad divina la cual esta llena de pureza, siendo esta quien lo hace moverse, liberarse y sanar.  Paralelamente el alma y el cuerpo se conectan con el cerebro, con la dualidad mental resguardada en el hemisferio derecho (no verbal) y el izquierdo (verbal).  La Danza reconcilia al Hombre con D/os y la Música transfiere el mensaje de D/os, cumpliéndose la Trinidad Divina: Palabra (danza), Escucha (música) y el Silencio, fundamental para que este dialogo espiritual – corporal divino se realice.

Para el pueblo judío el corazón es el símbolo del conocimiento. Está escrito Su corazón llevaba sus pies, porque cada latido, cada pulsión crea un ritmo corporal y una musicalidad espiritual, por ello, está trazado en los Libros Sagrados el espíritu del corazón produce el baile, es decir, la conexión Danza-Cuerpo-Palabra /Música-Espíritu-Escucha se recrea en ese breve Silencio, tan parecido al orgasmo, donde D/os y el ser humano dialogan produciendo el éxtasis místico y donde se nos revela que más allá de las culturas y de la diversidad de nombres de D/os, el ser humano tiene como única misión Danzar en el interior de la existencia…

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Martha Leticia Martínez de León

Martha Leticia Martínez de León

Hermeneuta en Libros Sagrados y Lenguas Antiguas.

Maestra en Ciencias Bíblicas y Hebreo Antiguo. Maestrante en Estudios Judaicos por la Universidad Hebraica. Licenciada en Ciencias Religiosas por la Universidad Pontificia de México. Especialidad en islam por la Universidad de Al Azhar de El Cairo, Egipto.

Especialidad en el Pensamiento del Papa Francisco y el Libro del Apocalipsis por el Boston College.

Especialidad en Música Contemporánea (Piano-guitarra).

Generación XXXII de la Sociedad de Escritores Mexicanos (SOGEM).

Ha publicado treinta y siete libros en México, España, Estados Unidos e Italia en diversos géneros literarios y teológicos.

Conferencista a nivel internacional.

Creó y desarrolla la teología del Silencio y de la Carne la cual entrelaza con la investigación mística, científica y musical bajo el nombre de “Lectura gemátrica, pitagórica y cuántica del Séfer Bereshit 1-3 -Hashem se revela a través del Big Bang-

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