Las nueve musas
Che en La Higuera

Fotografiar a la muerte

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Hace mucho tiempo atrás, sacar fotos a los muertos era una costumbre habitual.

Por una parte, significaba una suerte de homenaje, una forma de conservar su recuerdo a través del tiempo. Por otra parte, en las familias no había muchas fotos, ya que hacer fotografías era sólo cosa de fotógrafos y había que contratar uno para realizarlas.

Fotografiar a la muerteEn muchos casos, el lecho de muerte era la última y única oportunidad de registrar su imagen. Sobre todo si se trataba de niños.

Hoy en día, ingresar con una cámara fotográfica a un velatorio nos resulta de una morbosidad inaceptable. No sé si tiene relación con el respeto a los muertos, o más bien con el miedo a la muerte, con nuestra propia resistencia a mirar una fotografía que nos recuerda nuestro destino final e inevitable.

Sólo aceptamos las fotografías de difuntos cuando se trata de personas famosas. Estas fotos pueden servir o bien como prueba fehaciente del hecho consumado, como es el caso de la foto del Che en La Higuera, o como documento gráfico de un acontecimiento trágico. En estos casos no sólo las toleramos, sino que nos despiertan un interés particular. Quizás porque queremos constatar la identidad del fallecido, como si necesitásemos una prueba irrefutable sobre un hecho que nuestra razón se niega a aceptar. Quizás por dar rienda suelta a nuestro morbo y alimentarlo con la imagen cadavérica de un rostro que fuera públicamente conocido. Sea cual fuere la razón, consumimos esas imágenes sin ningún prejuicio, habilitando a los reporteros gráficos a saltar las barreras que sean necesarias para lograr una fotografía que no nos permitimos en nuestra propio entorno.

Yo tampoco pude retratar la muerte cuando tuve la necesidad, ya que en la serie “Biografía”, que trata acerca de la vida de una persona común, narrando a través de imágenes de su mano los hechos que caracterizaron las diferentes etapas de su vida, elegí cerrarla con una imagen vacía.

Incapaz de fotografiar a la muerte, opté por representar la ausencia, la desaparición física. Pero ojo, no es que no me haya animado a fotografiar la mano de un cadáver (bueno, llegado el caso, no sé si me animaría, aún no lo intenté), sino que no fui capaz de llegar ni a plantearme la idea. No estuvo nunca en el libreto. Más allá de cuál imagen corresponda mejor al espíritu y estética de la serie, ya que me parece más sugerente el final tal cual lo presenté, el tema de nuestra impotencia ante la muerte es tan fuerte, que simplemente no pude ni siquiera contemplar esa posibilidad. Es más, tampoco estoy seguro de animarme a escribir estos pensamientos…

Fotografiar a la muerte

Ariel Till

Elijo la fotografía como medio para expresar mis emociones, contar cosas que no puedo decir con palabras, transmitir algo de lo que llevo dentro. Sentimientos tan íntimos, que son más fáciles de expresar disfrazados en una imagen. Como dijo Isadora Duncan: "Si yo pudiera explicarle a usted de qué se trata, no tendría sentido que lo bailase"... O que hiciese fotografía...
Y elijo la película y el cuarto oscuro por la incertidumbre de no poder ver el resultado hasta el fin del proceso. La angustia de la posibilidad de arruinar una foto irrepetible. La sensación de hacer las fotos con mis propias manos al interponer con ellas el haz de luz de la ampliadora.
Quizá algunas de mis fotos logren provocar algún sentimiento en quién las observa. Quizá las más afortunadas logren mover alguna idea que parecía estática. O quizá despertar alguna emoción escondida.

Un poco de mí

Nací en la Ciudad de Buenos Aires, el 19 de enero de 1968. Inicié mis estudios de fotografía en 1984, realizando el curso Básico y el curso Superior de Fotografía en el Foto Club Argentino. Posteriormente, en 1995, realicé el curso de Iluminación en la misma institución. En 2016 asistí al workshop “La fotografía como Arte Contemporáneo”, en la galería Rolf Art.

Desde 1990 presento obras en Salones Nacionales auspiciados por la Federación Argentina de Fotografía (FAF) y Salones Internacionales con patronazgo de la Fédération Internationale de l'Art Photographique (FIAP), consiguiendo numerosas aceptaciones y menciones. En 2006, la Federación Argentina de Fotografía me otorga la distinción Artista FAF.
A partir de 2008 actúo como jurado en los concursos fotográficos organizados por el Nuevo Foto Club Argentino.
Desde junio de 2010 publico en el blog “Un poco de luz”, donde escribo acerca de la fotografía. Desde 2016 participo como redactor en el semanario Las nueve musas.

He realizado las siguientes exposiciones individuales:
o “Eclecticismo Vacacional”. Galería de exposiciones Nuevo Foto Club Argentino, 2018.
o “Biografía”. Galería de exposiciones Nuevo Foto Club Argentino, 2015.
o “Estaciones”. Facultad de Ciencias Sociales, UBA, Buenos Aires, 2012.
o “Estaciones”. Galería de arte NES, Ciudad de Buenos Aires, 2011.
o “Personas y Personajes”. Nuevo Foto Club Argentino, 2006.
o “Desamparos”. Galería de exposiciones Foto Club Argentino, 2003.
o “Los Cafés de Mabel” y “De Madres e hijos”. Centro Cultural “Quinta El Ombú”, Dir. de Cultura, Municipalidad de San Fernando, 2001.
o “Los Cafés de Mabel” y “De Madres e hijos”. CGP N° 12, 2000.
o “Los Cafés de Mabel”. Foto Club Argentino, 2000.
o Diapositivas. Hall de exposiciones Foto Club Argentino, 1998.
o Blanco y Negro. Hall de exposiciones Foto Club Argentino, 1996.

He participado en diferentes muestras colectivas:
o “Diversidades”. Espacio Cultural Nuestros Hijos, ECuNHi, C.A.B.A., 2015.
o “Expo Fotored Itinerante II”. Museo de Arte de Tolima, Colombia, 2012.
o “Expo Fotored Itinerante II”. Rochester Institute of Technology, NY, 2011.
o “Del laburo al curro” Oficios y Profesiones. Muestra conjunta Nuevo Foto Club Argentino-Argentina con Visual Tal Cuál Huesca-España, 2009.
o “6 x 6” (6 autores, con 6 ensayos de 6 obras cada uno). Curaduría a cargo de Edgardo Filloy, Galería Fotográfica Permanente de Agfa-Gevaert, Cuidad de Buenos Aires, 2001.
o “Muestra Itinerante del Foto Club Argentino”. Galería Fotográfica Permanente de Agfa-Gevaert, 1996.
o “Muestra Itinerante del Foto Club Argentino”. Biblioteca Nacional de la Ciudad de Buenos Aires, 1996.
o “Pasillo de imágenes”. Hospital General Belgrano, Gral. San Martín, Pcia. de Buenos Aires, 1991.

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