Reflexionar sobre la relación que existe entre la creación artística contemporánea y su mercado nos lleva inevitablemente a tropezar, tarde o temprano, con algunas fatídicas preguntas: ¿Cómo se establece hoy en día el valor de una obra de arte? ¿Quién decide su precio? ¿Con qué criterio, o criterios, establecemos hoy en día una jerarquía estética y económica entre una obra y otra?
Nicola Mariani. 2015
Recientemente se han celebrado en Madrid un gran número de ferias de arte contemporáneo y todas ellas han tenido lugar en las mismas fechas.
Se trata de ARCO, Art Madrid, Just Mad, Arts Libris, Flecha, Urvanity, Drawning Room y Acciones Hybridas.
No es muy habitual que en una sola ciudad, por muy importante que ésta sea, se realicen tantos eventos de esta índole, ya que no creo que exista en nuestro país –ni fuera de él- un número tan considerable de coleccionistas de arte contemporáneo. Por otro lado, ello contrasta con lo que acontece actualmente en Barcelona, que sólo cuenta con tres ferias relacionadas con las vanguardias artísticas: LOOP, Swab y Arts Libris. Se da la circunstancia de que el embrión de Art Madrid fue ARTEXPO, celebrada en Barcelona durante un corto período de tiempo -1996/2000-, aunque la primera edición fue en 1976. Posteriormente este proyecto de feria alternativa a ARCO se trasladó a Madrid. Otro ejemplo de que la Ciudad Condal perdió protagonismo lo tenemos en la feria de grabado ESTAMPA, que también nació en la capital catalana.
Desde hace tiempo se puede considerar a ARCO como una feria plenamente consolidada a nivel internacional, al mismo nivel que otros certámenes que se celebran en Europa, caso de Basilea, Milán, Londres, Bruselas, Colonia o París. Pero al margen de ellas, conviven un buen número de ferias dentro del arco expositivo contemporáneo, que suelen tener una participación entorno a 50-100 galerías, con una calidad muy aceptable, como por ejemplo ocurre con Art Madrid.
El espacio que ocupa Art Madrid dentro del panorama ferial español se puede situar entre ARCO y el resto de ferias de menor participación, pero que aportan aspectos muy interesantes a nivel creativo y experimental, ya que la mayoría se mueven en torno al arte emergente, como son Just MAD, Acciones Hybridas y Urvanity; o bien, están a medio camino entre los artistas emergentes y consagrados, caso de Flecha. Otras ferias más específicas son las dedicadas al dibujo contemporáneo -Drawning Room-, o las que tienen el libro y la edición como protagonistas -Arts Libris-, que en Barcelona ya está plenamente consolidada-.
El motivo principal por el que Art Madrid es tan importante, es que palia de algún modo la no presencia de muchas galerías que no han sido aceptadas en ARCO, sobre todo por la exigencia del comité de selección en elegir las que desean participar. De hecho, esta selección siempre ha sido motivo de polémica, principalmente por la manera de elegirlas, ya que de algunas de las galerías rechazadas sus propios artistas aparecen en otras que sí han sido aceptadas. Esta circunstancia, como mínimo, da origen a que surjan ciertas dudas en las designaciones si tenemos en cuenta que el verdadero y principal protagonista es el propio artista y no la galería que lo representa.
Refiriéndonos a Art Madrid vemos que en estos últimos años la feria se celebra en uno de los lugares más céntricos de la ciudad, como es la Galería de Cristal de CentroCentro Cibeles, ubicada en el antiguo edificio del Palacio de Telecomunicaciones, al lado mismo de la Plaza Cibeles. Después de doce ediciones el número de galerías participantes es un poco inferior a las de los años anteriores, ya que en esta ocasión han asistido una cuarentena. Los 20.000 visitantes que se han acercado durante los cinco días que ha durado el evento han podido contemplar el trabajo de 300 artistas, a través de la pintura, la escultura, la obra gráfica, la fotografía, el videoarte, la performance, la instalación y los diferentes proyectos. Las ventas han sido de 5 millones de euros que, a priori, puede parecer una cantidad muy modesta, pero que en los tiempos actuales es una cifra muy considerable, valorándose que los precios eran, en general, muy asequibles. Además, al margen de las exposiciones, también se han organizado diversas actividades: talleres, conferencias, mesas redondas, etc.
ART Madrid se ha dividido en dos apartados: El programa general y ONE PROJECT, en los que han participado 36 y 7 galerías, respectivamente. Dentro del Programa general, la mayoría de las galerías son españolas, destacando la presencia de las madrileñas y catalanas, lo que indica que a nivel internacional solamente han exhibido a sus artistas el 30 %. Ello indica que tratándose de una feria internacional tendría que haber un número más elevado de participantes. Respecto a ONE PROJECT se acentúa más esta situación, ya que solamente se ha contado con la presencia de una galería de Beirut –South Border Gallery-, con el artista Ernesto Rancaño –La Habana. 1968-, que “plantea un lúcido análisis del diálogo entre luz y sombra como estructura que sustenta la representación de lo real”. Sus obras se mueven en torno al arte conceptual, en el que las instalaciones crean situaciones y planteamientos que llevan a la reflexión, donde conviven aspectos relacionados con la identidad y el territorio. Dentro de One Project los artistas, tanto españoles como latinoamericanos reflexionan sobre temáticas relacionadas con los conceptos de identidad, desplazamiento y territorio, que merecen una atención especial, sobretodo porqué se trata de artistas jóvenes.
Es difícil comentar aquí todas las galerías por lo que sólo lo haré de las que han ofrecido las propuestas más interesantes, como por ejemplo, las barcelonesas Alonso Vidal y Zielinsky; las madrileñas Bat Alberto Cornejo y Jorge Alcolea; las valencianas Alba Cabrera y Benlliure; y la murciana La Aurora. De las extranjeras sobresalen las portuguesas Art Lounge Gallery y Arte Periférica.
En Alonso Vidal, el trabajo de la manresana Rosa Solano, con sus ensamblajes sobre hierro de pequeño tamaño, ya que sólo miden 40 cm. de diámetro, pertenecientes a la serie “Y para muestra un botón”, donde un cuaderno y unos simples botones, a modo de collage, crean un mundo muy singular que nos lleva a evocar el pasado. La galería Zielinsky, de reciente trayectoria, al menos en Barcelona, ya que cuenta con otro espacio en Brasil, ha mostrado el trabajo de diferentes creadores, entre ellos los uruguayos Yamandú Canosa y Daniel Orson, con dos propuestas bien diferentes, pero que tienen en común su interés por el espacio y el paisaje desde una óptica abstracta.
Respecto a Bat Alberto Cornejo, galería que destaca por su contribución al arte del grabado contemporáneo, la obra de José Ramón Lozano merece destacarse debido a su interés en representar desde una óptica muy personal, el rostro de famosos personajes femeninos relacionados con el mundo del cine. Son acrílicos de grandes dimensiones lo que acentúa más su protagonismo. En cambio Jorge Alcolea –galerista que empezó su andadura en Barcelona pero que a finales de los ochenta se trasladó a Madrid- muestra el trabajo fotográfico de Abraham Calero a través de fotorreconstrucciones sobre fotografías digitales, en las que aparecen diferentes objetos de la vida cotidiana representados desde una visión plenamente realista.
En Alba Cabrera , Calo Calatarrá mediante la pintura y el dibujo muestra unos paisajes muy variados que obligan a la meditación y contemplación y donde el monocromismo del negro es bien evidente. En Benlliure, los artistas presentes tienen un papel preponderante dentro del panorama internacional, caso de Rafael Canogar, Juan Uslé, Fernando Zóbel, Carmen Calvo y Esteban Vicente. Posiblemente Carmen Calvo, que suele prodigarse mucho a nivel expositivo, ha mostrado una serie de obras en las que el concepto predomina sobre el objeto, aún cuando los elementos que suele emplear habitualmente son igualmente importantes. La fotografía, el collage y la técnica mixta configuran una obra que fusiona ideas con determinados objetos extraídos de la propia realidad cotidiana, creando un universo surrealista.
La murciana La Aurora, con los pintores figurativos Gonzalo Sicre y Ángel Mateo Charris, apuesta por una manera de representar el paisaje urbano nocturno y determinadas escenas interiores –Gonzalo Sicre-, con unos personajes en actitud reflexiva que nos acercan a algunos conceptos del pop-art, caso de David Hockney, o también de los interiores silenciosos de Edward Hooper -del artista murciano Charris-.
Finalmente, en las portuguesas Art Lounge Gallery y Arte Periférica, cabe destacar la aportación de artistas españolas como la valenciana Carmen Calvo y la madrileña Eva Navarro. Concretamente esta última, muestra en sus acrílicos una visión muy singular del mundo femenino, representándolo de espaldas, lo que indica su interés por todo lo relacionado con su entorno más próximo, dejando a un lado el propio cuerpo del personaje que aparece en diferentes posiciones.
El escultor catalán Josep Riera i Aragó ha sido el artista invitado en esta edición de Art Madrid, en la que se ha instalado una de sus esculturas en la entrada del recinto y la edición de una litografía. Él mismo señala que una feria es “como salir a la intemperie, como abandonar tus obras a su suerte para que se espabilen en ese océano de impactos visuales”. De hecho, las ferias sirven para que el público –en el que se incluye a los propios galeristas participantes o a los que solamente acuden como meros observadores- se acerque al trabajo actual de los artistas, ya que cuando exponen sus obras en sus galerías habituales, el número de personas que las visitan es infinitamente inferior al de cualquier feria que se celebre.
Añadir comentario