CRISTINA CAMPO nació en Bolonia en 1923 y murió en Roma en 1977. Entre otros libros, ha publicado: La tigre assenza, Quadernetto y Poesie sparse.
DEVOTA…
Devota como rama
curvada por muchas nieves
alegre como hoguera
por colinas de olvido,
sobre agudísimas láminas
en blanca malla de ortigas,
te enseñaré, alma mía,
este paso de adiós…
DEVOTA…
Devota come ramo
curvato da molte nevi
allegra come falò
per colline d’oblio,
su acutissime làmine
in bianca maglia d’ortiche,
ti insegnerò, mia anima,
questo passo d’addio…
AHORA TÚ PASAS…
Ahora tú pasas lejos, a lo largo de las cruces del laberinto,
a lo largo de las noches lluviosas que yo me enciendo
en la oscuridad de las pupilas,
tú, ya sin niña que disperse las voces…
Calles que la inocencia quiere ignorar y arde
de ofrecer, cerrada y desnuda, ¡sin párpados o labios!
Puesto que donde tú pasas es Samarcanda,
y disuelven los silencios, alfombras de respiraciones,
consumen los granos del ansia –
y atento: entre piedra y piedra corre un hilo de sangre,
allí donde llega tu pie.
ORA TU PASSI…
Ora tu passi lontano, lungo le croci del labirinto,
lungo le notti piovose che io m’accendo
nel buio delle pupille,
tu, senza più fanciulla che disperda le voci…
Strade che l’innocenza vuole ignorare e brucia
di offrire, chiusa e nuda, senza palpebre o labbra!
Poiché dove tu passi è Samarcanda,
e sciolgono i silenzi, tappeti di respiri,
consumano i grani dell’ansia –
e attento: fra pietra e pietra corre un filo di sangue,
là dove giunge il tuo piede.
LA NIEVE…
La nieve estaba suspendida entre la noche y las calles
como el destino entre la mano y la flor.
En un sonido suave
de campanas amado has venido…
Como una vara ha florecido la vejez de estas escaleras.
¡Oh tierna tempestad
nocturna, rostro humano!
(Ahora toda la vida está en mi mirada,
estrella sobre ti, sobre el mundo que tu paso encierra.)
LA NEVE…
La neve era sospesa tra la notte e le strade
come il destino tra la mano e il fiore.
In un suono soave
di campane diletto sei venuto…
Come una verga è fiorita la vecchiezza di queste scale.
O tenera tempesta
notturna, volto umano!
(Ora tutta la vita è nel mio sguardo,
stella su te, sul mondo che il tuo passo richiude).
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