Las nueve musas
Como enferma el estrés

Como enferma el estrés

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Nunca un procedimiento simple puede generar los procesos cognitivos, conductuales y emocionales que puedan propulsar al individuo hacia un mejor funcionamiento…
Richard Lazarus

El estrés puede enfermar, ¿pero cómo?

Para explicarlo, imaginen una gata cuidando sus gaticos recién nacidos, cuando se le acerca un perro agresivo, ¿cómo reacciona esa gata? En primer lugar, sufre conmoción emocional extrema, la cual desencadena la llamada Reacción de Emergencia (Fight or Fly).

Esta reacción consiste en el mecanismo movilizador que posee el animal para llevar a cabo las dos únicas conductas defensivas que dispone; huye o lucha. A continuación:

❖ La gata queda estática, mirando fijamente a su agresor como para medir sus actos.
❖ Al mismo tiempo evalúa instintivamente si va hacia un lado u otro.
❖ Cerebro y mente quedan en estado de alerta, funcionando velozmente.
❖ Se produce intensa contracción muscular.
❖ Saca sus garras.
❖ Prepara sus mandíbulas para la mordida.
❖ Se produce pilo-erección.
❖ El ritmo respiratorio se acelera.
❖ Pero esa reacción requiere abundante absorción de oxígeno.
❖ Por lo cual se sobrecargan los órganos respiratorios.
❖ ¿Pero quién transporta el oxígeno a cerebro y músculos?: La sangre.
❖ Por lo cual se sobrecarga el sistema cardiovascular.
❖ ¿Y quién coordina esas funciones internas?: El sistema endocrino.
❖ Se produce por lo tanto el desbalance de hormonas y neurotransmisores.
❖ Consecuentemente se desequilibra el sistema autónomo: Simpático y Parasimpático.
❖ Por consiguiente se alteran estómago, intestinos, páncreas, hígado, piel, presión arterial.
❖ Como se observa, se produce el desbalance total del cuerpo-mente.

Sin embargo, esa energía emocional se gasta en acción, pasada la situación agresiva la gata regresa a relativa normalidad. Queda en estado pasivo, tranquilo, sereno, en una reacción opuesta al estrés sufrido. Se reparan entonces daños físicos y psíquicos causados por el estrés.

Ese estado de recuperación, natural, biológico, relajado, fue descubierto en los años 50’ por Walter Hess, premio Nobel de medicina, por medio de investigaciones con el cerebro de  gatos. Se produce dicho estado en especies animales superiores, pero sus premisas se hallan
en los inferiores, por ejemplo, los insectos, los cuales huyen o atacan ante el peligro.

¿Pero qué ocurre en el hombre? ¿Por qué se enferma y el animal no? En humanos se yuxtapone su condición social a la biológica, permanece el mismo mecanismo pero operando a través de la consciencia.

Si los primeros hombres, aquellos que vivían en cavernas y eran apenas conscientes de su natural entorno, necesitaban una mujer, la tomaban a la fuerza. Si tenían una discordia con otro de su clan, lo atacaba con un garrote, y si sentía hambre se comía el animal crudo.

Pero el humano civilizado está sometido a limitaciones que no tienen el animal ni los cavernícolas, como las normas legales, sociales y morales, proyección de futuro, recuerdos del pasado, nivel de autoestima. Encuentra limitaciones para expresar opiniones, sentimientos y deseos. En fin, una constelación de barreras establecidas por normas sociales y legales de la sociedad.

Desde que el niño nace lo someten a limitaciones: no toques, no grites, tómate la leche, duérmete, no te ensucies. Con la infancia no acaba todo, al adulto lo llenan de limitaciones la pareja, familia, hijos, jefe laboral, leyes, normas morales, “qué dirán”, entre otras presiones. Además, muchas veces el hombre no puede hacer nada para responder a la situación, o tener metas que no siempre puede alcanzar, o ser tan difíciles que cuando lo logra se convierte en una victoria pírrica.

Las presiones sobre el hombre son tantas que no siempre logra alcanzar la felicidad, o incluso en ocasiones ni siquiera sabe que nunca ha conocido ni tan siquiera la tranquilidad. Al estar toda la vida sometido a agresiones de la existencia no tiene elementos de comparación.

Por consiguiente, la reacción defensiva, emocional, es la misma, pero la energía no puede expeditamente traducirse en acción, está bloqueada, no es utilizada libremente como en el animal. Se produce entonces un desbalance entre la emoción generada y la utilizada. En
consecuencia, se crea un “cuello de botella”, donde la energía excedente, activación cerebral, revierte a órganos internos y mente buscando su propio equilibrio, pero esa búsqueda implica el estrés, con mayor intensidad y permanencia que en el animal. Como resultado surge la enfermedad, apareciendo de manera sutil, subrepticia, no haciéndose visible más que cuando el daño ya está hecho.

Algunas situaciones estresantes cotidianas se observan, en el deportista empeñado en la victoria de una competencia, pero que no se siente con dominio total de sus acciones. El reto lo conmueve emocionalmente, la competencia no ha empezado, está estático, no confía en su desempeño, y la posibilidad del fracaso le genera estrés.

Ocurre también en el artista que se dispone a presentar una obra la cual considera trascendental, pero no obstante no está seguro de su reconocimiento público. El obrero que dobla sus horas de trabajo en aras de lograr determinado monto financiero pero rebasando sus capacidades físicas. La enamorada que espera con impaciencia a su novio que no llega aún y no sabe por qué. La madre que sufre la muerte o enfermedad incurable de su hijo y que poco puede hacer. El adolescente insatisfecho por no tener reconocimiento en su grupo de amigos. En todos estos casos las personas están limitadas para la acción y por ello caen en estrés

Un viaje por la arquitectura creativa

 

José Ramón Ponce (†)

José Ramón Ponce

Doctor en Psicoanálisis, Universidad de Psicoanálisis Humanístico, Brasil.

Master en Psicología de la Salud, por la Walden University, Minnesota.

Licenciado en Psicología, certificado Josef Silny & Associates, Inc. Licencia de Hipnoterapia, USA.

Investigador Agregado por la Academia de ciencias de Cuba.

Fue miembro de la Sociedad de Neurociencias de Cuba, Sociedad de Psicología de la salud de Cuba, Grupo Nacional de Termalismo. Fundador y creador de la Sociedad Cubana de Hipnosis, en la Academia de Ciencias de Cuba. Miembro de la Sociedad Venezolana de Hipertensión arterial. Participante de eventos científicos nacionales e internacionales. Le han realizado numerosos reportajes de prensa por su trabajo.

Libros publicados:

Dialéctica de las actitudes en la Personalidad
El Sistema Psíquico del Hombre
Estrés emocional y su afrontamiento
Como estudiar mejor y sin estrés
Conversando con adolescentes
Un Hombre ante sí mismo
Hipnosis y relajación emocional.
Folletos en apoyo a la docencia.​

Reseñas literarias

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