Las nueve musas
Canales del daño estresante

Canales del daño estresante

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…por sí solo (el estrés) no es suficiente para causar la enfermedad sino que para que se dé una enfermedad relacionada con éste, han de darse también otras condiciones: tejidos vulnerables o procesos de afrontamiento inadecuados.  

Richard Lazarus. 

En una ocasión un amigo me pidió con vehemencia que atendiera en consulta a su hija de dieciocho años. Esta sufría ansiedad severa acompañada de hiperhidrosis (sudoración la palma de las manos o planta de los pies).

Cursaba el primer año de Derecho en la Universidad, y al momento de hacer una exposición o un examen se olvidaba de los contenidos a exponer o responder, conduciéndola a frecuentes fracasos en su rendimiento académico.  

Se aplicó tratamiento de hipnosis con fines relajantes varias veces a la semana, y en pocos días se notaba la mejoría. Días después el padre vino eufórico de alegría a verme al consultorio, su hija había hecho maravillosa exposición en el examen final y terminó el año con honores. 

Me fue interesante ver en este caso como el estrés, originado en conflictos familiares, se infiltró sutilmente dentro de ella, bloqueando su pensamiento, memoria y confianza en sí misma. Ese estado, sostenido durante años, causó a la estudiante deficiencias académicas, miedo escénico, y el trastorno psicosomático de la piel. 

La emoción extrema aparenta andar por el cuerpo-mente buscando brecha por donde salir. Una vez que se estabiliza en una vía de salida específica, esta queda propensa a nueva manifestación, y es por donde aparece e instala la enfermedad. Por ejemplo, si es hipertenso, cuando se tenga una discusión, fatiga por exceso de trabajo u otra situación estresante ¿cómo se expresa el estrés?: subiéndole tensión arterial. Si tiende a los trastornos gastrointestinales vendrá diarrea, vómito, gastritis. Si hay fobia, cada vez que el estrés aumenta se activará más el temor.  

En la mayoría de los casos, antes de llegar la enfermedad, se producen “llamados de alerta”, manifestaciones que pueden ser pasajeras o frecuentes. Son avisos de lo que puede ocurrir posteriormente, pueden también alternarse, o sea observarse unas y después otras. Son los diversos puntos de presión; o sea, por donde puede aparecer la enfermedad. 

La enfermedad aparece a medida que el deterioro sea intenso, continuo y reiterativo. En consulta he atendido casos en que produciéndose episodios sucesivos de alta tensión arterial llegan a convertirse en hipertensos. En casos de vitíligo atendidos por estrés severo, el brote de despigmentación se ha producido inmediatamente después de un estrés agudo. Un joven, el cual a partir de traumas de orden familiar comienzan episodios de alopecia a la edad de siete años, al cumplir quince y por el infarto de la madre, se estabiliza el trastorno; cuando llego a consulta contaba con 21 años y no tenía ni un cabello.  

A ello se suma el hecho de que el estrés puede propiciar la enfermedad, pero una vez aparecida se convierte en nuevo acontecimiento estresante; o sea se convierte círculo vicioso. Por ejemplo, se puede producir ansiedad o ataque de pánico por sentir cercanía de la migraña, o surgir extrasístole por el temor a nueva crisis. Se encuentra también quien se deprime más, por sentirse deprimido. 

 La naturaleza del cuerpo puede ser entendida solamente como un todo; y este es el gran error de nuestros días en el tratamiento del cuerpo humano, que los médicos separan el alma del cuerpo
Hipócrates, citado por Platón, Diálogos 

Desde remota antigüedad se conoce el papel de la emoción extrema en el origen de las enfermedades a medida que esta sea continua y reiterativa. Sin embargo usualmente, antes de llegar a ese punto, de índole patológica, se producen manifestaciones funcionales las cuales pueden ser efímeras o manifestarse con obstinada frecuencia. 

Este nivel energético conlleva una activación acelerada del funcionamiento cerebral, extendiéndose su efecto por diferentes canales del cuerpo y la mente, hasta terminar en los órganos y sistemas corporales; incluyendo de nuevo la psique.  

Los efectos emocionales se traducen en trastornos funcionales, no patológicos, pero los cuales tienden a hacerse crónicos, pueden se quedar fijados en el cuerpo-mente, deviniendo enfermedad. Esto no significa que el estrés sea estrictamente causa, sino que es factor participante, puede originar, propiciar, desencadenar o agravar enfermedad, desde simple malestar hasta el cáncer. Además, estos trastornos funcionales o enfermedades pueden tener lugar dentro de la situación estresante, pero también pueden aparecer años después. A ello se suma el hecho de que surgida una enfermedad, esta se convierte en nuevo estresor.  

El estrés, con respecto a su efecto patogénico, opera de modo variable e inespecífico. Imaginen una gigantesca red de tuberías de la ciudad, el agua fluye y desgasta con su fuerza las paredes de los conductos. Llega un momento que la tubería envejece. El agua, con la presión mantenida, la perfora, y en su salida tiende a agrandar el agujero de la rotura; al mismo tiempo disminuye la presión en todos los demás puntos de los conductos por ley de la física.  

De manera similar sucede en la aparición de la enfermedad. El estrés, al igual que el agua, abre una brecha por donde el órgano sea más débil, es decir, actúa globalmente pero incidiendo sobre la parte más vulnerable de nuestro cuerpo y mente, lo cual permite la fácil manifestación de la enfermedad. 

La emoción es como si estuviera “andando por el cuerpo y la mente buscando una brecha por donde salir”. En la medida en que se libera por alguna vía, deja esta vulnerable a la enfermedad; quedan huellas como cicatrices. A partir de ese momento, si se produce estrés, sea agudo, sostenido, intermitente o crónico, reaparecen o se instalan los síntomas y enfermedades.  

Hans Selye
Hans Selye

El proceso de aparición de la enfermedad se sintetiza en las palabras de Hans Selye…bajo un estrés continuo la parte más débil del cuerpo muestra el resultado de la lesiónUsualmente, antes de llegar a enfermedad, se producen manifestaciones funcionales, que pueden ser efímeras, o manifestarse con obstinada frecuencia. Estas manifestaciones, que de hecho ya son un “llamado de alerta”, anuncian la posibilidad de una enfermedad a surgir posteriormente. Estas manifestaciones tienden a alternarse, o moverse de un área del cuerpo-mente a otra. Pero es necesario tomarlas en cuenta, porque son los diversos “puntos de presión en la tubería”. 

Los canales del efecto patogénico del estrés son los siguientes:

Canal psíquico 

Al percibirse el evento estresante, de modo súbito se forma su imagen primaria en la mente, conllevando el estado de alerta, y aunado a la activación cerebral. En ello participa de manera relevante, entre otras áreas del cerebro, el sistema límbico. La imagen del hecho, al ser estresante, supone dificultad para su comprensión y afrontamiento inmediato, lo cual implica desequilibrio y desorientación en el funcionamiento mental.  

Este efecto propicia el trastorno funcional por la confusión que le crea al individuo, pero al mismo tiempo tiende a fijarse, y por consiguiente se inicia, desencadena o agrava alguna enfermedad. De acuerdo a circunstancias presentes y características de la persona estresada, se puede  presentar fatiga, ansiedad, depresión, somatización, u otro trastorno. 

Canal celular 

El cumulo hormonal y de neurotransmisores vertidos al torrente sanguíneo, ejerce un deterioro severo en los componentes moleculares productores de oxígeno en cada célula del cuerpo, o sea en el Circuito de Krebs, compuesto por moléculas de adenosin-trifosfato (ATP) adenosin-monofosfato (AMP), y adenosin-fosfato (ADP). Esto implica un severo déficit energético que irradia al cuerpo-mente. 

Canal muscular 

El déficit de oxigenación, junto a la contracción muscular instintiva, implica daños a los diferentes sistemas motores, desde la corteza cerebral hasta último músculo; incluida la musculatura voluntaria y la involuntaria. Además de ello se desequilibra el intercambio de glucosa; entre otros efectos nocivos.  

Canal endocrino 

El proceso endocrino en el estrés comienza desde el eje hipotálamo-hipofisiario. A partir de la activación de las estructuras límbicas y asociativas del cerebro se transmite al hipotálamo un nivel elevado de estimulación. Por consiguiente queda arrastrada la hipófisis en la descarga energética. En consecuencia, como glándula rectora del sistema endocrino, transmite la estimulación a las demás glándulas, a lo largo de las cadenas interconectadas; o sea, canales específicos de segregación hormonal, los cuales son los siguientes: 

  • Simpatoadrenodedular 
  • Hipofisotiroideo 
  • Hipofisoadrenocortical 

El torrente hormonal vertido en la sangre, alcanza hasta últimos rincones del cuerpo-mente, deteriorando su funcionamiento.  

Canal inmunitario 

El torrente desequilibrado de hormonas y neurotransmisores es el primer factor del deterioro del sistema inmunológico. Entre estas se encuentran las hormonas derivadas de la ACTH, como glucocorticoides y cortisol. Se incluyen también como agresivas la adrenalina o noradrenalina, también llamadas epinefrina y norepinefrina. Este torrente hormonal actúa como inmunosupresor, disminuyendo la capacidad defensiva del sistema inmunitario.  

Entre sus efectos se encuentra eliminación de células NK o Killer, las cuales juegan importante papel en la reducción del cáncer. El proceso comienza cuando estas hormonas modifican la segregación en sangre de linfocitos T. Dichos linfocitos son glóbulos blancos, y se encuentran dos tipos fundamentales, T y B. Específicamente de los T deriva un tipo de células participantes en el combate contra el cáncer, los CD4, y de estas derivan a su vez las NK. Por consiguiente, el deterioro endocrino propicia el crecimiento del tejido canceroso. 

José Ramón Ponce (†)

José Ramón Ponce

Doctor en Psicoanálisis, Universidad de Psicoanálisis Humanístico, Brasil.

Master en Psicología de la Salud, por la Walden University, Minnesota.

Licenciado en Psicología, certificado Josef Silny & Associates, Inc. Licencia de Hipnoterapia, USA.

Investigador Agregado por la Academia de ciencias de Cuba.

Fue miembro de la Sociedad de Neurociencias de Cuba, Sociedad de Psicología de la salud de Cuba, Grupo Nacional de Termalismo. Fundador y creador de la Sociedad Cubana de Hipnosis, en la Academia de Ciencias de Cuba. Miembro de la Sociedad Venezolana de Hipertensión arterial. Participante de eventos científicos nacionales e internacionales. Le han realizado numerosos reportajes de prensa por su trabajo.

Libros publicados:

Dialéctica de las actitudes en la Personalidad
El Sistema Psíquico del Hombre
Estrés emocional y su afrontamiento
Como estudiar mejor y sin estrés
Conversando con adolescentes
Un Hombre ante sí mismo
Hipnosis y relajación emocional.
Folletos en apoyo a la docencia.​

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