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Algo huele a podrido en la Cultura

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La cultura no es una actividad del tiempo libre;

es lo que nos hace libres todo el tiempo, Laura Etxenike

 

Hace 30 años se fundó el Fonca (Fondo Nacional para la Cultura y las Artes) y este generó —además de múltiples vicios y corrupción un abismo entre los artistas que resultan favorecidos por el estado y los que no.

Quienes han obtenido estímulos económicos consideran ser dignos de ellos y los que no, también creen ser merecedores.

FoncaEn muchos casos, ambas partes tienen razón, y en otros casos hay becarios que más bien se han vuelto clientes frecuentes del Fonca y otros que parecen estar vetados por esta y el resto de dependencias de la cultura oficial.

En la actual administración, la Secretaría de Cultura y el Fonca han mostrado tener severos errores de comunicación y han propiciado muchas dudas sobre las nuevas políticas culturales. Ante la incertidumbre, algunos artistas han hecho cartas, manifiestos y otras exigencias pocas veces vistas con anterioridad; suelen protestar cuando hay recortes al presupuesto, pero muy pocas veces para denunciar las nefastas prácticas del Fonca, las fallas en las normas y la corrupción que ha creado el círculo perverso –equiparable a una mafia- donde algunos privilegiados se han incrustado astutamente en el sistema acaparando los recursos y repartiéndoselos entre ellos.

Durante un fallido Foro entre funcionarios del Fonca y algunos artistas, el cual acabó en patético zafarrancho, las autoridades presentaron los siguientes datos:

* Según cifras oficiales, a lo largo de 30 años se han recibido 128.268 solicitudes, de las cuales solo se han otorgado 22.023 apoyos, correspondientes a 11.872 personas

* Los 11.872 artistas recibieron hasta 25 tipos de incentivos en diferentes convocatorias y temporalidades

* Grupos escénicos obtuvieron recursos del fondo hasta por 14 años e incluso sus representantes legales también obtuvieron parte de los recursos

* 243 artistas obtuvieron estímulos de entre 4 a 6 millones de pesos casa uno, de acuerdo con sus años en el Sistema Nacional de Creadores del Arte

FoncaEn 2013 el Inegi reportó que en el país existen 2.2 millones de personas dedicadas al arte, por lo que es evidente que pocos creadores han recibido patrocinios y miles han quedado fuera. Así se engendró la endogamia cultural que aún prevalece y que se constata al conocer los recientes resultados del programa México en Escena, dando continuidad a los mismos proyectos, y excluyendo por ejemplo a la Compañía de Teatro Penitenciario, una propuesta de verdadero impacto social que debería ser un modelo emblemático de la 4ª Transformación.

En una Carta abierta de creadores y artistas, donde destaca la falta de crítica y de autocrítica, se pretende mostrar una realidad inexistente, donde cualquiera supondría que el Fonca es un paraíso terrenal que no amerita una urgente y rigurosa renovación. Entre otros problemas, los abajo firmantes deberían reconocer que la creación no ha sido plural ni democrática, tampoco ha beneficiado a diversas poblaciones, solo a algunos grupúsculos, la mayoría varones y de la capital; el pueblo de México ha recibido raquíticos beneficios y tan es así que el 64% de los habitantes nunca ha ido a un teatro y el promedio de lectura anual es de un libro por persona. El Fonca y los becarios han incumplido con la labor de llevar arte y cultura al pueblo.

Algo que debería obligar a tomar medidas drástica son las conclusiones de los estudios realizados por Tomás Ejea y Jorge Pérez Falconi donde se demuestra el siniestro entramado de complicidades entre jurados y artistas, el cual ha permitido que algunos individuos se perpetúen en el sistema como en el caso del SNCA (Sistema Nacional de Creadores Artísticos), muchos incluso implicados en el Mee Too Mexicano. Por otro lado, cabe mencionar que hay algunos grupos de artistas que sí entienden la necesidad de reestructurar la institución y están exigiendo transparentar y democratizar al Fonca; ojalá las autoridades hagan caso a esas recomendaciones y se logre el propósito.

Si en la URSS se implantó el Realismo Socialista y aniquiló la creatividad, en el México capitalista imperó lo que podría llamarse el Irrealismo Neoliberal el cual estandarizó la cultura oficial subvencionando ciertas “estéticas” (eufemismo para una censura implícita) y que convirtió en burócratas y dependientes del erario a muchos artistas que no han aprovechado el mecenazgo para volverse independientes y autogestivos. Deberían comprender que los “estímulos a la creación” son un apoyo, no un modus vivendi. Por otro lado, algo muy lamentable es que aquellos que no están dentro de este sistema, no se les visibiliza, ni se difunde su obra, ni siquiera se les nombra; sin beca, no perteneces ni al arte ni a la cultura del este país.

ComplicidadesSobre el tema ha corrido mucha tinta: Braulio Peralta afirmó que, a lo largo de estos 30 años el Fonca no puede presumir de obras relevantes durante ese periodo.  Tras el desaguisado en el Foro, Paola Aimée cuestionó “¿Por qué nunca les reclamaron a los anteriores funcionarios de cultura, que los sometieran a un modelo neoliberal de explotación? ¿En qué momento se cambiaron los roles de jugar las reglas del sistema a ser víctima de él?”. Jorge Contreras escribió “Generalmente se desea obtener un beneficio para crear obra o para hacer promoción, pero los creadores, con o sin apoyo seguirán produciendo, son la mayoría, el ser beneficiado es un aliciente que satisface a un mínimo del porcentaje que podría verse favorecido“. La crítica de arte Avelina Lesper aseguró que “El Fonca puede reencausar a la mediocridad y el enchufismo dentro del programa de los Ninis: ni estudian, ni trabajan, ni merecen beca.” Sobre el SNCA Daniel Salinas Basave expresó “Hasta ahora, la forma en que se otorgan estos apoyos ha sido discrecional y opaca, por decir lo menos. Lo único que tenemos derecho a conocer es el nombre de los creadores que serán beneficiados […] que financiaremos con nuestros impuestos durante un trienio. No estamos hablando del reparto de invitaciones a una fiesta privada, sino de asignación de fondos públicos”. Viridiana Nárud señala que “Democratizar el arte no es eliminar los apoyos porque unos cuantos corruptos mantengan el poder. Se trata de quitar a los corruptos que corrompen al arte.” Y hubo alguien que al menos ha obtenido cuatro trienios el SNCA que llamó -con lamentables dosis de racismo y de discriminación- A defender al Fonca con los puños.

Para finalizar, a muchos de esos guarimberos que no saben vivir fuera del presupuesto, les recomiendo la lectura de El Círculo del 99 de Jorge Bucay y el poema de José Revueltas Discurso a los perros del Parque Hundido.

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Humberto Robles

Nació en la Ciudad de México en 1965.

Dramaturgo y guionista independiente.

Paralelamente colabora con varias organizaciones de derechos humanos.

Actualmente es considerado el dramaturgo mexicano vivo más representado en el mundo (30 países, tres continentes).

Autor de las obras “Mujeres de Arena”, “Frida Kahlo Viva la Vida”, “La noche que jamás existió”, “El Arca de Noelia”, “Sangre en los Tacones”, “Nosotros somos los culpables”, “Leonardo y la máquina de volar”, “El Ornitorrinco”, “Les demoiselles d’Avignon”, entre otras.

Sus obras han sido traducidas al inglés, francés, portugués, italiano, alemán y polaco.

Ha recibido seis premios como dramaturgo, uno internacional y cuatro nacionales, entre ellos el Premio de la Fundación La Barraca de Venezuela y el Premio Nacional de Dramaturgia "Emilio Carballido" 2014.

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